La caída del PIB ruso refleja el desplome experimentado por los precios del petróleo durante el año pasado, cuando llegaron a bajar más de un 70%, lo que llevó al presidente del país, Dimitri Medvedev, a calificar de "humillante" la dependencia de Rusia de las exportaciones de materias primas.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) espera que la economía rusa registre un crecimiento del 3,6% este año, mientras que en 2011 podría frenar su expansión hasta el 3,4%, aunque en ambos casos las nuevas proyecciones de la institución internacional suponen una acusada mejora respecto al crecimiento del 2,1% y del 0,4%, respectivamente, previsto el pasado mes de octubre.
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