sábado, 6 de febrero de 2010

Los banqueros suizos miran con codicia hacia Asia


GINEBRA.- Sometidos a duros ataques desde Alemania, Francia o Estados Unidos, los banqueros suizos ven peligrar el sacrosanto secreto bancario, pero para evitar el fin de una era gloriosa miran ahora con codicia hacia Asia.

"El secreto bancario empieza ahora a cuestionarse", admite el secretario general de la Asociación de banqueros privados suizos, Michel Dérobert (en la imagen).

De hecho, bajo la presión de países vecinos, Suiza tuvo que flexibilizar esta norma específica, que llenó los cofres de sus bancos desde los años 1930.

La nueva disposición, que permitirá obtener datos de contribuyentes sospechosos de evasión fiscal, fue incluida en la veintena de nuevos acuerdos de doble imposición firmados con otros países, y ahora en curso de ratificación.

La concesión es enorme para Suiza. Pero no ha aplacado las críticas. Así que la ofensiva internacional no cejó, como lo muestra el escándalo UBS en Estados Unidos, donde este emblema de la banca helvética está acusado de ayudar a sus clientes estadounidenses a evadir el fisco.

A ello se añaden los datos robados en la filial suiza del banco HSBC y recuperados en Francia, o los que un informador está tratando de vender en Alemania sobre presuntos evasores fiscales.

El objetivo de Alemania es, según los expertos, intentar que desaparezcan algunos elementos del secreto bancario suizo, y proceder a un intercambio automático de información.

Esta opción parecía impensable hace sólo unos meses, ya que la gran mayoría de la población suiza considera esencial el "respeto a la esfera privada". Pero el ministro de Finanzas de la Confederación, Hans-Rudolf Merz, abrió el miércoles la caja de Pandora, al aludir a esa posibilidad.

Ocurra lo que ocurra, los últimos casos afectan un elemento clave de los cimientos de la plaza financiera helvética -la confianza- y "enviaron un claro mensaje a los clientes europeos de que el secreto bancario ya no es intangible", subrayó el directo del Instituto Banco y Finanzas de Lausana, Eric Jondeau.

Las consecuentes pérdidas para la tercera plaza mundial en términos de gestión de fortuna no llegarán a los 5.000 millones de francos suizos en 2009 (3.400 millones de euros - 4.800 millones de dólares), según Jondeau. "Una gota de agua en un océano" explica el experto, si se considera que Suiza gestionaba en 2008 activos extranjeros por dos billones de francos suizos, según el Banco Nacional suizo.

Además, los banqueros suizos no pierden confianza, sobre todo porque ahora tienen la mirada puesta en el Este. "El gran potencial del futuro es Rusia, Asia Central, Oriente Medio y sobre todo Asia", afirma el fiscalista Philippe Kenel. Eric Jondeau confirma: "las grandes fortunas se desplazan de Estados Unidos y Europa hacia Asia, especialmente India y China".

"La ventaja de Suiza -añade Jondeau- es el respeto del Estado de derecho, la estabilidad de sus instituciones, y el hecho de que no se pueden modificar las cosas sin otorgar (a los electores) la posibilidad de un referéndum... Nueva York no tiene eso, y tampoco Singapur, ni tampoco Hong Kong ni la mayoría de los europeos".

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