Los ministros y los presidentes de los bancos centrales del Grupo de los Siete intentan en general ofrecer un frente unido en sus encuentros para no preocupar a los mercados financieros.
Empero, ese imperativo pareció más urgente en su encuentro del viernes y el sábado, dada la pésima semana sufrida por los mercados de valores mundiales, que cayeron en barrena ante el temor del endeudamiento de Grecia, España y Portugal.
Los funcionarios del G-7 ofrecieron un frente unido en su conferencia de prensa de cierre, al anunciar un acuerdo para que los organismos internacionales crediticios otorguen nuevos préstamos a Haití debido al terremoto y se mostraron de acuerdo en seguir con los planes de gastos extraordinarios para respaldar el repunte económico.
"La economía mundial se ha recuperado. hemos encarado juntos momentos muy difíciles, tiempos de incertidumbre y vemos ahora indicios de recuperación", dijo el ministro canadiense de Hacienda Jim Flaherty a los reporteros.
Los países del G-7 son Estados Unidos, Japón, Alemania, Francia, Gran Bretaña, Italia y Canadá.
Iqaluit, con 7.000 habitantes y a solamente 320 kilómetros (200 millas) del Círculo Polar Artico, fue elegido para el encuentro de los funcionarios del G7 porque Flaherty dijo que deseaba abrir sal mundo la región polar canadiense y obligar a sus colegas a mantener un diálogo más informal.
Los asistentes no usaron corbatas y Flaherty ofreció a sus colegas un paseo en trineo tirado por perros en la helada Bahía de Frobisher.
Aunque el secretario del Tesoro estadounidense Timothy Geithner y el presidente de la Reserva Federal Ben Bernanke no participaron en el paseo en trineo, Flaherty insistió que su pasión por la informalidad fue un sonoro éxito.
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