miércoles, 24 de febrero de 2010

México y Brasil lanzan un proceso para forjar una asociación estratégica

CANCÚN.- El presidente mexicano, Felipe Calderón, y el brasileño, Lula da Silva, anunciaron el inicio de un "proceso" para forjar una asociación estratégica entre sus países, cuando las expectativas apuntaban al lanzamiento de negociaciones para un tratado de libre comercio.

"Nuestros Gobiernos han acordado iniciar el proceso formal de trabajo para evaluar y determinar las áreas de oportunidades, los alcances, beneficios y sensibilidades de un acuerdo estratégico de integración económica entre Brasil y México", anunció Calderón junto a Lula, al término de una reunión bilateral al margen de la Cumbre de la Unidad de América Latina y el Caribe, celebrada en Cancún (sureste de México).

Lula había expresado en Brasil su deseo de lanzar las negociaciones para un acuerdo de libre comercio entre las dos mayores economías latinoamericanas, que concentran el 70% del Producto Interior Bruto (PIB) de América Latina y el 50% de su población.

"En ese proceso estará el análisis sereno (...) que nos permita ver y valorar los pros y los contras de un posible acuerdo de libre comercio, pero no lo podemos anticipar", señaló Calderón a la prensa tras la cita con Lula.

Una de las intenciones del gobierno conservador del mandatario mexicano es diversificar su comercio y política exteriores, pero el empresariado nacional se muestra reacio en este caso, temeroso ante el 'histórico proteccionismo' del Estado brasileño, que siempre puso obstáculos a sus productos, según afirma el sector.

"No tengan miedo de Brasil. Brasil no es más peligroso que muchos socios que México tiene por allí y México no es más peligroso que muchos socios que Brasil tiene por allí", aseguró Lula en un mensaje conjunto con Calderón en el que exhortaron a los empresarios a superar deconfianzas.

"Desde el sexenio de Vicente Fox (presidente mexicano, 2000-2006) sueño con que México tenga una mirada volcada a América Latina", agregó Lula, que difícilmente vea cristalizado su deseo antes del término de su gestión de ocho años, en enero de 2011.

En ese sentido, también instó a los mexicanos, y en particular al sector empresarial, a "mirar mucho hacia Sudamérica y mirar hacia Brasil".

"No tienen por qué quedarse esperando a que se recupere Estados Unidos, tienen que buscar otras opciones", advirtió Lula.

Más de 80% de las exportaciones mexicanas tienen como destino Estados Unidos, con quien México comparte una de las fronteras más dinámicas del mundo con más 3.000 km de extensión.

"No somos adversarios ni mucho menos enemigos. Tenemos todas las condiciones para ser aliados", insistió más adelante Lula. "Si México quiere crecer tiene que buscar oportunidades en el mundo, sobre todo en economías emergentes y poderosas como la de Brasil", coincidió Calderón.

Previo a la conferencia de prensa de Lula y Calderón, el titular de la petroquímica brasileña Braskem, Bernardo Gradin, anunció una inversión de 2.500 millones de dólares en México para construir junto con la mexicana Idesa un complejo petroquímico en Veracruz (este).

Los presidentes calificaron el anuncio de Gradin como "histórico" y muestra del potencial de las relaciones económicas y comerciales de ambas naciones, que tienen juntas cerca de 300 millones de habitantes.

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