miércoles, 3 de marzo de 2010

Angela Merkel, frente al dilema de salvar a Grecia

BERLÍN.- La canciller alemana, Angela Merkel, se enfrenta a un complicado dilema a raíz de la crisis financiera de Grecia, atenazada entre la necesidad de preservar a la Eurozona de un desastre y un electorado resueltamente opuesto a toda operación de rescate.

Por el momento, fiel a su estilo, Merkel se limitó a declaraciones generales sobre el hecho de que Grecia tenía que "hacer sus deberes".

Este mensajes parece hacer sido escuchado por Atenas, que anunció este miércoles medidas adicionales de ajuste para cumplir con su objetivo de reducir su déficit público en cuatro puntos porcentuales (del 12,7 al 8,7% del PIB) en 2010.

El Gobierno alemán saludó de inmediato las nuevas medidas decididas por el primer ministro griego, el socialista Giorgos Papandreou, y dijo estar "convencido" de que ayudarán a reestablecer la confianza.

Papandreou será recibido en Berlín por Merkel, en un encuentro que "no tendrá como objeto promesas de ayuda de ningún tipo", aprovechó para aclarar el portavoz de la canciller alemana.

Pero los inversores no se equivocan y para ellos esta visita "podría ser decisiva" para el futuro de Grecia, como señaló el analista Ben May, de Capital Economics.

Las nuevas medidas anunciadas este miércoles ayudarán a Grecia a refinanciar a corto plazo, pero "el Gobierno tendrá que obtener mucho más en los mercados en los próximos meses", explicó este experto.

Mientras la confianza no esté completamente reestablecida, la cuestión griega sigue planteándose con insistencia en los mercados.

Alemania, muy apegada a la estabilidad financiera, defiende aún más que sus socios europeos la preservación de la moneda única, fragilizada por las especulaciones en torno a Grecia.

"Tenemos muchos bancos alemanes comprometidos con obligaciones griegas", comentaba este miércoles el diputado conservador alemán Hans Michelbach, miembro de la comisión parlamentaria de Finanzas.

Tras la crisis financiera de 2008, esos bancos no pueden arriesgarse a sufrir una nueva sacudida.

Pero Merkel y su equipo, que según la prensa alemana se dedica desde hace semanas a analizar en forma concreta ayudas para Grecia, no pueden abrir simplemente el grifo.

De un lado, porque eso significaría "abrir la caja de pandora" y reduciría las incitaciones para que otros países pongan en orden sus finanzas públicas, señaló Michelbach.

Y de otro, porque eso sería un suicidio político. "No creo que Angela Merkel sobreviva (políticamente) si gira dinero a Atenas en lugar de hacerlo a Hanover o Leipzig", juzgó el economista en jefe del Citigroup, Willem Buiter, en el diario Handelsblatt.

El 80% de los alemanes rechaza una ayuda financiera de su país a Grecia, según un sondeo ante 73.000 personas publicado el lunes por el diario popular Bild.

No hay comentarios:

Publicar un comentario