lunes, 22 de marzo de 2010

Barroso espera convencer a Merkel de que apruebe el plan de rescate para Grecia en la cumbre del jueves

BRUSELAS.- El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, espera convencer a la canciller alemana, Angela Merkel, de que apruebe el plan de rescate para Grecia durante la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno que se celebrará en Bruselas los días 25 y 26 de marzo por considerar que esta decisión contribuirá a "eliminar incertidumbre" sobre la estabilidad de la zona euro, según dijo hoy su portavoz, Pia Ahrenkilde.

"El presidente Barroso mantiene contactos regulares con la canciller Merkel y no está decepcionado. Espera que se pueda alcanzar un acuerdo sobre un instrumento que permita un sistema de préstamos bilaterales coordinados", afirmó la portavoz al ser preguntada por la resistencia de Merkel. La canciller sostiene que Grecia no necesita ayuda financiera y pide que la creación del mecanismo de rescate no se convierta en el punto central del Consejo Europeo.

Barroso reclamó el pasado viernes a los líderes europeos que aprueben este sistema "lo antes posible", enfrentándose así abiertamente con Merkel. "No podemos prolongar más la actual situación", resaltó el presidente del Ejecutivo comunitario.

El mecanismo de préstamos bilaterales coordinados será compatible con las reglas del Tratado que prohíben rescatar a un país y estará sometido a "estrictas condiciones". El plan que ha diseñado la Comisión "está blindado desde un punto de vista jurídico" porque se quiere evitar que "puede ser atacado dos semanas más tarde en cualquier Tribunal", señaló el portavoz de Asuntos Económicos, Amadeu Altafaj.

El Ejecutivo comunitario insistió en que la aprobación de este mecanismo "no implica su activación inmediata", sino que si Grecia finalmente requiere asistencia financiera se necesitará una nueva decisión política de los jefes de Estado y de Gobierno de los 27.

El fondo estará dotado con alrededor de 22.000 millones de euros, que se prestarán a Grecia al tipo de interés medio de la eurozona, muy inferior al que paga ahora el Gobierno de Atenas por sus emisiones de deuda, de más del 6%, según explicaron fuentes europeas. Todavía se debate cuál será la aportación de cada país, aunque se ha especulado con que el reparto podría basarse en la participación en el capital del Banco Central Europeo (BCE).

Se tratará de ayudas bilaterales porque no existe un instrumento financiero europeo equivalente al FMI. Esta solución es perfectamente compatible no sólo con el Tratado sino también con la Constitución de Alemania, según las fuentes consultadas. El Ejecutivo comunitario se encargaría de coordinar los préstamos y garantizar que se cumplan las condiciones para su concesión.

Si finalmente los líderes europeos aprueban el mecanismo, cuyo objetivo primordial es salvaguardar la estabilidad de la eurozona, su activación requerirá una decisión posterior en el caso de que el Gobierno de Atenas reclame asistencia financiera, cosa que hasta ahora no ha sucedido. El mecanismo no servirá sólo para Grecia sino que podrá utilizarse si algún otro país de la eurozona tiene problemas.

Bruselas cree que Alemania acabará levantando su resistencia, no sólo por una cuestión de solidaridad, sino también porque sería el país más afectado en caso de problemas en la eurozona. "Sería una gran sorpresa que Alemania no participara, sería muy extraño", señalaron las fuentes consultadas. Pero si el Gobierno de Berlín rechaza participar, el fondo de la eurozona no se creará.

El Ejecutivo comunitario no descarta que el Fondo Monetario Internacional preste ayuda financiera a este fondo de la eurozona en el caso de que haya algún Estado miembro que no sea Alemania que no participe. Pero mantiene sus reticencias a la intervención del organismo con sede en Washington y considera que podría representar un 'estigma' para Grecia.

La mayoría de los países de la eurozona y la propia Comisión habían descartado hasta ahora la intervención del FMI por considerar que socavaría la credibilidad de la moneda única. Pero en las últimas semanas algunos países como Italia, Finlandia o Países Bajos han indicado que prefieren que actúe el FMI. También Alemania ha dejado la puerta abierta a esta opción.

Si finalmente los jefes de Estado y de Gobierno no aprueban el rescate a Grecia, Bruselas cree que habrá "problemas" y no descarta que el Gobierno de Atenas se vea obligado a acudir al FMI.

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