viernes, 5 de marzo de 2010

Descubierta una gran fuga de metano en la atmósfera desde el océano Ártico

WASHINGTON.- El fondo del océano Ártico libera metano, un potente gas causante de 'efecto invernadero', a un ritmo más elevado de lo que creían los expertos, lo que podría agravar el calentamiento global, según un estudio publicado ayer jueves en la revista Science.

"Este descubrimiento pone en evidencia una fuente de metano importante pero hasta ahora abandonada proveniente del permafrost (suelo congelado en forma permanente) ubicado bajo el agua más que sobre la tierra", escriben los autores del estudio, quienes agregan que "estas emisiones corren el riesgo de provocar en el futuro un efecto dramático en el calentamiento global".

Este equipo de investigación internacional dirigido por Natalia Chakhova e Igor Semiletov, de la universidad de Fairbanks en Alaska, estudió entre 2003 y 2008 las aguas de la meseta ártica de Siberia oriental, que cubren más de dos millones de km2 en el océano Ártico. Estudios precedentes realizados en Siberia se habían concentrado en el metano que se escapa bajo el efecto del descongelamiento del permafrost situado sobre el continente.

Los científicos consideraron durante mucho tiempo que el permafrost ubicado bajo el océano Ártico constituía una barrera infranqueable para el metano, un gas cuyo efecto invernadero es 30 veces superior al del dióxido de carbono (CO2). Pero las observaciones del equipo de la universidad de Fairbanks muestran que el permafrost submarino está perforado y deja escapar grandes cantidades de metano.

Más del 80% de las aguas en profundidad y más de la mitad de las aguas de superficie estudiadas presentan un nivel de metano unas ocho veces superior a lo normal, indica el estudio. Sin embargo, aunque sólo una fracción del metano almacenado en la plataforma continental sea liberada, el efecto puede ser muy importante en materia de calentamiento global, advierten los investigadores.

"El permafrost situado bajo el fondo del océano contiene grandes cantidades de carbono y los expertos temen que el metano que libera lleve al aumento de las temperaturas atmosféricas, causando la liberación, en un circulo vicioso, de una mayor cantidad de metano del permafrost y un calentamiento más importante", explican los autores del estudio.

La concentración media actual de metano en el Ártico es de aproximadamente 1,85 partes por millón, la más elevada desde hace 400.000 años, destaca Natalia Chakhova.

Su concentración por encima de la plataforma ártica de Siberia oriental es todavía más elevada y el permafrost bajo el océano "ya muestra signos de inestabilidad", indica Chakhova. "Si sigue desestabilizándose, las emisiones de metano (...) serán mucho más importantes", añade.

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