domingo, 21 de marzo de 2010

El delicado momento de las cajas de ahorro españolas

MADRID.- El conjunto de las cajas de ahorro españolas atraviesa por momentos delicados como consecuencia de la crisis económica e inmobiliaria, que se pretenden superar con un proceso de concentración de entidades, que no está resultando fácil. Las convulsiones que sacuden de vez en cuando a las cajas han acabado agitando también las aguas de la Confederación Española de Cajas de Ahorros (CECA) a la hora de elegir al sucesor de su, hasta el miércoles, presidente, Juan Ramón Quintás, según 'Abc'.

La CECA, un híbrido entre una pura caja de ahorros, una patronal del sector y un prestador de servicios para las cajas, se había venido decantando a la hora de elegir a su máximo responsable por el presidente de una entidad de tamaño mediano. La explicación era sencilla: en momentos de bonanza no parecía oportuno que la presidencia la ocupara una de las cajas grandes, porque podía desequilibrar el conjunto, ni tampoco una de las pequeñas por su escaso peso relativo.

Así había ocurrido prácticamente en los últimos 40 años. Primero fue presidente José Joaquín Sancho Dronda, de la que hoy es Ibercaja; luego accedió al cargo, Juan José Pinto, de la Caja de Barcelona; a éste le sucedió Braulio Medel, Unicaja; y a éste, Manuel Pizarro, de Ibercaja de nuevo. La costumbre se rompìó con Quintás, que procedía de la propia CECA.

Pero los tiempos han cambiado. La crisis del sector parece exigir un nuevo tipo de representante general. La idea de Quintás era seguir como siempre y que el actual presidente de Ibercaja, Amado Franco, le sucediera. Algo que las grandes entidades no han visto con buenos ojos. Ni los partidos políticos que, hoy por hoy, ejercen un evidente influjo sobre buena parte de las cajas, como se ha visto recientemente en la elección de Rodrigo Rato como presidente de Caja Madrid.

Por eso primero, la vicepresidenta económica del Gobierno, Elena Salgado, pero después Cristóbal Montoro en su nombe y en el de Mariano Rajoy, y además representantes del PNV y CiU, llamaron a Isidro Fainé, presidente de la Caixa, la caja más importante, para decirle que debía ser él quien presidiera la CECA en un momento clave para todo el sector.

Y aceptó con condiciones: apoyo unánime de las cajas y partidos y dos años como máximo de mandato. Justo el tiempo que queda para las elecciones generales.

En ese tiempo hay que desarrollar las fusiones entre cajas, las previstas y las que todavía no se han articulado, y establecer una nueva ley de cajas que despeje el camino para que en el futuro inmediato puedan seguir existiendo como entidades financieras. Es posible, también, que en este periodo se asista a la liquidación de alguna entidad.

No va a ser fácil. Se necesita una unidad del sector que, hoy por hoy, no está garantizada del todo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario