El proyecto de 'tasa carbono', un impuesto ecológico que quiso crear el presidente Nicolas Sarkozy pero que era muy criticado incluso en el seno de su propio partido político, estaba claramente amenazado después de la derrota de la derecha en las elecciones regionales del domingo pasado.
El martes, el jefe del partido del presidente, la Unión por un Movimiento Popular (UMP), Xavier Bertrand, afirmó que la aplicación de dicha tasa era "muy complicada" y se pronunció por un tratamiento europeo de este asunto. El primer proyecto de aplicación de esa tasa ya había sido censurado a fines de diciembre por el Consejo Constitucional y el gobierno debía presentar otro.
En diciembre pasado, el Consejo Constitucional, la institución encargada de verificar la conformidad de las leyes con la Constitución, había asestado un revés al jefe del Estado al anular su proyecto estrella porque tenía demasiadas exoneraciones en favor de los mayores contaminantes.
Una nueva versión había sido presentada a principios de este año por el gobierno, con el objetivo de aplicarla a partir del 1 de julio. Hay que dar la "prioridad al crecimiento, al empleo, la competitividad, la lucha contra los déficits", sostuvo el primer ministro, agregando que había que "terminar la reforma de las colectividades y llevar a cabo la de las jubilaciones".
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