martes, 30 de marzo de 2010

El PIB español caerá un 0,4% en 2010 y crecerá un 0,8% en 2011

MADRID.- La actividad económica española se contraerá un 0,4% este año, ya que se producirá una "paulatina mejora" de la actividad, si bien ésta no será suficiente para que el crecimiento anual medio sea positivo, aunque en 2011 el comportamiento será "algo más dinámico" y el PIB crecerá un 0,8%, según las últimas previsiones elaboradas por el Banco de España en su boletín de marzo.

Según la entidad, estas previsiones suponen una "lenta reversión" del "intenso ajuste" del gasto de familias y empresas y del "fuerte deterioro" de la confianza de los agentes que han caracterizado la "severa recesión" del último año y medio, al tiempo que son ligeramente más pesimistas que las del Gobierno, que apuntan a una contracción del 0,3% en 2010 y un crecimiento del 1,8% en 2011.

Aún así, el banco emisor admite que habrá factores que frenen la intensidad de la recuperación, como el alto grado de incertidumbre, los efectos del ajuste inmobiliario, el alto endeudamiento del sector privado o la consolidación fiscal, que es "imprescindible" para poner freno a la dinámica de fuerte crecimiento de la deuda pública y evitar implicaciones "adversas" sobre el coste de financiación de la economía.

El organismo cree que dicha consolidación es "necesaria" para reducir el grado de incertidumbre bajo el que los agentes toman sus decisiones y para establecer las condiciones necesarias para un crecimiento económico sostenible a medio y largo plazo. Sin embargo, alerta de que el ajuste fiscal puede tener efectos contractivos a corto plazo si no hay un "cambio significativo" en las expectativas.

Según el banco emisor, un elemento "muy relevante" de la recuperación será la trayectoria del consumo privado, ya que es uno de los elementos con más incertidumbre. En este sentido, señala que en 2010, tras el excepcional incremento de la tasa de ahorro de las familias en los dos últimos años, el consumo retomará "gradualmente" una senda de mayor dinamismo, de forma que la tasa de ahorro disminuirá a lo largo del horizonte de proyección, aunque el descenso será "moderado" y se mantendrá en niveles superiores a su media histórica.

En el conjunto de 2010, entre los componentes del gasto privado, sólo el consumo de los hogares mostraría un pequeño avance (0,2%), mientras que la inversión en vivienda seguiría disminuyendo "de forma acusada" (por encima del 15%), aunque no tanto como en 2009. Por su parte, la inversión empresarial continuaría ajustándose a una situación de baja utilización de la capacidad productiva, fuerte presión sobre los beneficios e incertidumbre sobre las perspectivas económicas.

De la misma forma, los ritmos de avance del consumo y la inversión de las administraciones públicas también se reducirán "con intensidad", aunque el consumo público aún mostrará tasas positivas en 2010. Así, las exportaciones serán el principal soporte de la actividad, con un aumento del 5%, muy superior al que se estima para las compras al exterior.

Para 2011, el organismo supervisor espera que la economía española mantenga ese proceso de "paulatina recuperación", con un dinamismo creciente del consumo privado y de la inversión productiva, cuyos efectos sobre la actividad se verán compensados por la "fuerte contracción" prevista en el consumo público y en la inversión en construcción. El sector exterior seguirá dando soporte a la tasa de crecimiento de la economía.

Por otro lado, el Banco de España pone de manifiesto el efecto que ha provocado la debilidad de la demanda en la fijación de precios durante la crisis, comprimiendo los márgenes y exigiendo a las empresas un "esfuerzo extraordinario" de ahorro de costes y de mejora de la eficiencia.

Para 2010, espera cierto incremento de la inflación hasta una media anual en torno al 1%, cifra reducida ante el posible impacto del aumento del IVA a partir del verano. Esta "moderada" trayectoria se mantendría en 2011.

Según el organismo, la mejora gradual de la actividad permitirá seguir corrigiendo algunos de los desequilibrios de la economía española, aunque existen algunas "fuentes de incertidumbre", como la eventual aparición de nuevos fenómenos de inestabilidad financiera, el crecimiento sostenido a nivel mundial o los planes de ajuste fiscal.

Además, asegura que no puede descartarse que el proceso de saneamiento de los balances del sector privado llegue a ejercer una presión contractiva "algo mayor" sobre el gasto ni que se produzca alguna distorsión ocasional en el funcionamiento de los canales crediticios que pueda obstaculizar la recuperación.

En el lado contrario, afirma que las mejoras del consumo y la inversión pueden ser más dinámicas de lo previsto en 2010 y 2011 y asegura que las políticas económicas pueden desempeñar un papel "muy importante" para que se produzcan desviaciones al alza en las previsiones.

En concreto, cree que una aplicación rigurosa del Plan de Estabilidad o la introducción de reformas estructurales "de calado" en el mercado laboral pueden mejorar las expectativas.

En este sentido, cree que la caída del PIB en 2010 y el moderado incremento de 2011 conducirán a una caída del empleo en ambos ejercicios ante la ausencia de estas reformas, aunque en 2011 la destrucción será "muy pequeña" en media anual y exhibirá un perfil temporal de mejora paulatina, por lo que en los trimestres finales del año que viene volverán las tasas positivas de creación de empleo.

Aún así, la tasa de paro se situará en el 19,4% en 2010 y escalará al 19,7% en 2011.

En cuanto al déficit, el Banco de España cree que se situar en el 10,2% en 2010 y se reducirá al 8,9% en 2011, cifras más pesimistas que las plantadas por el Gobierno y que permiten pensar que el ratio de la deuda pública aumentará hasta el 66% en 2010 y al 75% en 2011.

Por todo, el Banco de España indica que, tras la contracción intensa que ha sufrido la economía española en 2009, las perspectivas para 2010 y 2011 presentan un escenario de "lenta recuperación y mejoría, aunque no exenta de obstáculos", ya que España debe proseguir el ajuste de algunos desequilibrios acumulados que se han ido ajustando a velocidades distintas durante la crisis y que no han culminado su corrección.

En cuanto a los primeros meses de 2010, el Banco de España subraya que los indicadores relativos al consumo privado continúan ofreciendo "señales dispares" acerca de su comportamiento. Según la institución gobernada por Miguel Ángel Fernández Ordóñez, la información disponible más reciente apunta a una "moderada expansión de la actividad" económica en los primeros compases de este año.

El Banco de España constata además en su boletín una recuperación en los mercados financieros españoles, en un contexto de "menor tensión" en los de riesgos soberanos. Los datos más recientes continúan evidenciando "un notable dinamismo" de los pasivos de las administraciones públicas, una contracción de la deuda de las empresas y cierta estabilidad en el saldo de crédito de los hogares.

En cambio, añade, los activos más líquidos de las empresas y las familias continúan avanzando a un ritmo positivo, "aunque moderado".

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