viernes, 26 de marzo de 2010

El plan de ayuda a Grecia anima al euro pero no despeja dudas a medio plazo

BRUSELAS.- El plan de Europa para apoyar a sus socios hundidos en crisis presupuestarias como Grecia daba este viernes alas al euro, tras una prolongada caída, aunque persisten los temores de que a Portugal o España, miembros también de la Eurozona, les aguarde una hecatombe parecida.


La jefa del gobierno alemán, Angela Merkel, defendió el viernes en Bruselas que el plan de ayuda a Atenas adoptado la víspera por los 16 países de la Eurozona, aunque sólo será activado como último recurso, obra "en favor de la estabilidad del euro".

En Londres, la moneda única se recuperó el viernes, aunque tímidamente, al colocarse en 1,3387 dólares hacia las 17.00 GMT, dando muestras de que los operadores acogieron positivamente el acuerdo europeo.

El euro había caído esta semana por debajo de 1,33 dólares por primera vez en más de diez meses.

"Me hubiera sorprendido que la cotización del euro no hubiese tomado esta dirección", afirmó con satisfacción el jefe de fila de los ministros de Finanzas de la Eurozona, Jean-Claude Juncker.

Pero el luxemburgués advirtió contra todo entusiasmo: "Habrá que esperar a ver en los próximos días la reacción del conjunto" de los mercados de divisas y financieros, dijo.

La Eurozona se vio obligada a adoptar un plan de ayuda a Grecia, asfixiada por una deuda cercana a los 300.000 millones de euros (406.000 millones de dólares), con el fin de evitar un mal mayor y poner en peligro el conjunto de su estabilidad financiera, cuestionada crecientemente por mercados y expertos.

El mecanismo se basa en un inédito sistema de préstamos bilaterales europeos combinado con una ayuda del Fondo Monetario Internacional (FMI), que por primera vez será llamado a apagar el fuego de un país miembro de la zona euro en caso de necesidad.

"El plan de rescate mejora claramente las previsiones financieras para Grecia y también podría aliviar a corto plazo la presión sobre el euro", apuntó el economista Jonathan Loynes, de Capital Economics.

Pero "sería erróneo pensar que la crisis finalizó. Grecia todavía hace frente a una hecatombe económica muy seria, que no tendría tanta relevancia si no fuera porque no es el único, como lo demuestran las noticias recientes" sobre Portugal, por ejemplo, advirtió.

La agencia Fitch rebajó esta semana su nota para la deuda a largo plazo de Portugal dejando planear la amenaza de que el país siga la misma senda que Grecia.

"En ese contexto, creemos que cualquier alivio para el euro será breve", previno.

Ian Williams, analista de Altium Securities, compartió esa opinión: el plan europeo "no acabará con las presiones que provocan la caída de la moneda única, debido a las dificultades presupuestarias persistentes a las que se enfrentan otros países miembros", señaló.

Los agujeros provocados por muchos gobiernos en sus arcas públicas para sufragar los masivos planes de rescate durante la crisis económica mundial han puesto en duda la solvencia a medio plazo de las finanzas públicas no sólo de Grecia, sino también de Portugal, España o Irlanda.

Determinados a impedir que el nerviosismo de los mercados y "la especulación" se cebe con un segundo país miembro, los dirigentes europeos se esforzaron el viernes en destacar que Grecia es un caso aislado.

"No hay ningún país que se halle en una situación comparable a la de Grecia", defendió Juncker.

"No, no hay razones" para comparar a Grecia y Portugal, enfatizó el primer ministro luso, José Sócrates, afirmando que el plan de ayuda europeo para Atenas busca ante todo "combatir la especulación contra el euro".

No obstante, su ministro de Finanzas, Fernando Teixeira dos Santos, se mostró partidario desde Lisboa de crear un fondo europeo de financiación para "eventuales crisis" futuras.

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