MADRID.- La vicepresidenta segunda y ministra de Economía y Hacienda, Elena Salgado, dijo hoy en el Senado que los intereses asociados a la deuda de la Administración General del Estado alcanzan ya los 23.000 millones de euros.
En respuesta a una interpelación planteada por el senador del BNG Xosé Manuel Pérez Bouza, Salgado afirmó que hay que hacer "todo lo posible" para evitar que se incremente el gasto asociado a la deuda pública, ya que es un dinero que no puede dedicar ni a gasto social ni a gasto productivo ni a inversión.
Según explicó, ésa es la razón por la que el Gobierno intenta mejorar la recaudación con medidas como la subida del IVA en el segundo semestre del año, ya que esos ingresos adicionales permitirán seguir poniendo en marcha medidas contra la crisis, al tiempo que favorecerán el mantenimiento de políticas sociales.
La vicepresidenta defendió el momento de entrada en vigor del aumento del IVA, ya que durante el segundo semestre del año la economía ya se estará recuperando, "no en términos de empleo pero sí en términos de producción", además de que los precios seguirán creciendo a "niveles moderados" y los intereses continuarán "excepcionalmente bajos".
Asimismo, insistió en que el efecto sobre los precios se notará en el trimestre en que se aplique la subida, pero se corregirá en el siguiente, por lo que no va afectar al dato del conjunto del año.
Sin embargo, Pérez Bouza consideró que la subida del IVA llega en el peor momento y tendrá un efecto irreversible sobre los precios, con la consiguiente repercusión en el consumo, lo que retrasará y dificultará la recuperación económica, ante lo que propuso como alternativa la creación de un impuesto que grave las grandes fortunas.
También sobre el incremento del IVA interpeló a la vicepresidenta el senador del PP José Manuel Barreiro, quien pidió a Salgado que retire esta medida para detener "la sangría a la que se está sometiendo a la sociedad española".
Al senador popular la vicepresidenta le dijo que para atajar el déficit público es necesario actuar no sólo por el lado del gasto sino también por el de los ingresos, como hacen los países "más progresistas" de la UE, ya que la contracción del gasto público tiene un efecto negativo sobre el crecimiento económico.
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