lunes, 15 de marzo de 2010

El valor añadido de la Inteligencia para el tejido empresarial español / José Herráiz Gil

Históricamente, reyes y estadistas han usado los mejores sistemas a su alcance para obtener la mayor información posible, que debidamente analizada sirviera para tomar decisiones eficientes al servicio de sus intereses políticos o nacionales. Las decisiones serán acertadas o erróneas siempre dependiendo de la calidad de los sistemas de información e interpretación de la misma.

Algunos ejemplos históricos: La Gran Armada de Felipe II no estaba pensada ni para un conflicto naval ni diseñada para mares poco conocidos sino principalmente para transporte de tropas; y Napoleón cometió el mismo error en sus campañas en Egipto y Oriente Medio: desconocer el entorno, principal aliado del adversario, error en el que casi 140 años después caería Hitler en Rusia.

La información se convierte en inteligencia, en base a un ciclo de seis variables correctamente gestionadas: identificación de necesidades reales de conocimiento, selección de fuentes fidedignas, eliminación de información irrelevante, análisis e interpretación de la información sensible, integración de las conclusiones y coherente toma de decisiones. Y es que, "información es poder" potencial... y si es útil, poder real.

Este proceso, el llamado Ciclo de Inteligencia, tan sencillo como obvio, es especialmente relevante en el mundo de la empresa, donde no siempre se aplica. Vivimos en una sociedad de ingente información, competencia y creciente globalización, cada vez más regulado internacionalmente (el 70% de las normas que afectan a España tienen su origen en la UE), con mayor sensibilización hacia la responsabilidad social corporativa (en su amplia gama de versiones) e importancia de redes sociales.

Más y más variables, riesgos y oportunidades que hay que considerar. Aunque caigan fronteras a los negocios, el número de elementos condicionantes en cada nuevo mercado sigue existiendo o incluso aumenta. Para poder prever beneficios empresariales es imprescindible conocer los riesgos.

Convertir una gran cantidad de información en una herramienta sencilla y útil para la correcta toma de decisiones ágiles, es siempre rentable.

En época de bonanza, disminuye el coste de oportunidad de cualquier inversión o alianza corporativa, por conocer mejor nuestras alternativas, en los últimos 20 años sólo 1 de cada 3 operaciones de adquisición ha sido exitosa para los inversores, mejorando la rentabilidad en términos RoE (Return on Equity) y asegurando la mayor creación de valor para el accionista.

En época de crisis, puede ser tan crítico como para asegurar la viabilidad de la empresa. Ahora más que nunca, se debe realizar una adecuada selección de clientes y proveedores para evitar situaciones indeseadas de concurso con procesos judiciales de duración y resultado inciertos, minimizar los ya prolongados plazos de cobro, según el Centro de Estudios de Morosología en 2008 se generaron €15000 millones en impagos mensuales que no se recuperaban hasta en 180 días en su mayoría.

Evitar créditos incobrables en un entorno de falta de liquidez general, actualmente 300 Pymes cierran diariamente a causa de procesos concursales, y pérdidas de negocio por mal servicio producido por "colaboradores" con problemas. A veces, no iniciar un negocio o una retirada constituye una victoria, lo que puede evitar el agravamiento de resultados negativos, manteniendo al menos, el valor creado para el accionista.

En unas cuentas nacionales como las españolas, donde la exportación es fundamental para mejorarlas ¿qué conocimiento real hay de mercados internacionales como asumir el riesgo de iniciar una expansión geográfica, incluso en países iberoamericanos?

Según Capital & Corporate, es significativo que el número de operaciones realizadas de Capital Riesgo haya bajado un 54% en un año. ¿Cuántas empresas españolas tienen capacidad para evaluar si el empujón que el sector constructor español ha dado a la bolsa -con una revalorización en torno al 70% en 6 meses- refleja las expectativas de toda una economía donde el 90% del PIB proviene de las pymes?

También hay que prestar atención al interior de nuestra empresa. En períodos de incertidumbre laboral, la información estratégica puede ser una moneda de cambio entre empleados y competidores. La falta de una adecuada política interna de comunicación puede deteriorar la paz social lo que tiene efectos decisivamente nocivos. Potencialmente nos encontramos permanentemente expuestos a casos de fraude corporativo, competencia desleal, etc.

Invertir en inteligencia empresarial, disminuye incertidumbres, optimiza recursos, estabiliza el negocio y genera confianza, que falta hace especialmente en estos tiempos de crisis.

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