jueves, 11 de marzo de 2010

Grecia, de nuevo paralizada por una huelga general contra la austeridad

ATENAS.- Grecia estaba de nuevo paralizada este jueves por una huelga general, la segunda en quince días, organizada por las grandes centrales sindicales contra las medidas de austeridad decididas por el Gobierno para sacar al país de una crisis financiera sin precedentes.

Desde medianoche, tanto los transportes aéreos como marítimos estaban paralizados y los servicios ferroviarios interrumpidos.

Sólo una línea del metro funcionaba en Atenas, para permitir a los huelguistas dirigirse a las manifestaciones organizadas por los sindicatos en el centro de la capital a mediodía.

Los otros transportes urbanos, autobuses, trolebuses y tranvías, estaban paralizados.

Otras manifestaciones debían llevarse a cabo en las grandes ciudades griegas, en particular en Salónica (norte), la segunda ciudad del país.

El frente sindical del partido comunista ultraortodoxo, el PAME, llamó a manifestaciones aparte.

La huelga debía provocar el cierre de las escuelas y de la administración pública, mientras que los bancos y las grandes empresas del sector público funcionaban a ritmo mínimo.

Los hospitales públicos funcionaban sólo con personal de emergencia.

El país también está privado de toda información de radio y televisión debido a la participación en el movimiento del sindicato de periodistas, POESY.

La agencia de prensa nacional ANNA suspendió sus informaciones durante 24 horas. Los diarios no aparecerán el viernes.

El movimiento fue decidido por la poderosa Confederación General de los Trabajadores Griegos (GSEE, 1 millón de adherentes) y la Federación de los Funcionarios ADEDY, que cuenta 375.000 miembros.

La huelga fue convocada el viernes pasado, en el mismo momento en que la mayoría socialista votaba en el Parlamento el nuevo paquete de medidas que incluye recortes salariales en la función pública, el congelamiento de las jubilaciones y un alza de dos puntos, a 21%, del IVA (Impuesto al Valor Agregado).

Más de ocho de cada diez griegos estiman que las medidas adoptadas provocarán un alza del índice de pobreza en el país, según una encuesta publicada el domingo en un periódico.

Enfrentamientos

Manifestantes se enfrentaron el jueves a la policía antimotines mientras más de 10.000 personas marchaban por el centro de Atenas contra las duras nuevas medidas de austeridad del gobierno.

La huelga dejó en tierra todos los vuelos y paralizó el transporte público terrestre. Los hospitales operaban sólo con personal de emergencia y todos los noticieros fueron suspendidos mientras los trabajadores abandonaban el empleo durante 24 horas para protestar los recortes de gastos y aumentos de impuestos diseñados para enfrentar la crisis de deuda del país.

Temores de un incumplimiento de pagos por parte de Grecia han dañado al euro para todos los países que lo comparten, colocando al gobierno griego bajo intensa presión de la Unión Europea para que muestre rápidamente una mejoría fiscal.

Grecia anunció un ahorro adicional de 4,800 millones de euros (6.530 millones de dólares) a través de recorte salarial en el sector público, congelamiento de contrataciones y pensiones, y aumentos al impuesto al consumo para afrontar el creciente déficit; pero las medidas han causado una ola nueva de descontento laboral.

Los recortes, sumados a un plan de austeridad previo de 11.200 millones de euros (15.240 millones de dólares), buscan reducir el déficit presupuestal del país de 12,7% del producto anual a 8,7% este año. La meta a largo plazo es reducir el sobregasto en el 2012 abajo del límite de la Unión Europea, de 3% del PIB.

El nuevo plan detonó una ola de huelgas y protestas de sindicatos cuya reacción a las medidas de austeridad iniciales había sido el silencio. La huelga del jueves, que paralizó todos los servicios públicos y escuelas, dejó a los transbordadores atados a puerto y suspendió todos los noticieros del día; fue el segundo paro importante en una semana.

La policía antimotines disparó gas lacrimógeno a quienes les lanzaban piedras en un momento que los más de 10.000 huelguistas y manifestantes marchaban sonando tambores y entonando cánticos como "no hay sacrificio para la plutocracia" y "empleos reales, salario más alto". La gente colgó mantas en edificios de apartamentos que decían: "No más sacrificios, guerra contra guerra".

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