LA HAYA.- El ministro de Relaciones Exteriores de Holanda, Maxime Verhagen, afirmó hoy que su gobierno examinará las negociaciones con Islandia sobre la deuda dentro del proceso de ingreso de ese país a la Unión Europea (UE).
Verhagen explicó a la prensa que las disputas por los adeudos del banco islandés Icesave será un tema que analizarán para la entrada de Reykjavík a la UE, fijada en un plazo de dos años.
El canciller evitó hacer alusión a un veto holandés al proyecto de ingreso del país nórdico en el bloque comunitario de los 27 y mostró confianza en que el litigio se solucionará.
La administración islandesa incurrió en una deuda de unos 3.800 millones de euros con Reino Unido y Holanda mediante los cuales compensó a ahorradores británicos y holandeses, tras la quiebra del banco Icesave, en 2008.
Casi un 75% de la población de Islandia se opone a que el gobierno reembolse esos fondos a Londres y a La Haya por considerarlos una pesada carga al presupuesto nacional, en medio de la recesión económica y crisis financiera.
Algunos funcionarios del gabinete, como la primera ministra, Johanna Sigurdardotti, temen que Islandia caiga en una cesación de pagos a los organismos financieros internacionales y se cierren los canales de préstamos, de ahí que rechacen el referendo consultivo sobre la deuda.
Según los analistas, un agravamiento de las relaciones con Reino Unido y los Países Bajos pondría en aprietos los planes de ingreso a la Unión Europea de esta nación de 315.000 habitantes.
Verhagen explicó a la prensa que las disputas por los adeudos del banco islandés Icesave será un tema que analizarán para la entrada de Reykjavík a la UE, fijada en un plazo de dos años.
El canciller evitó hacer alusión a un veto holandés al proyecto de ingreso del país nórdico en el bloque comunitario de los 27 y mostró confianza en que el litigio se solucionará.
La administración islandesa incurrió en una deuda de unos 3.800 millones de euros con Reino Unido y Holanda mediante los cuales compensó a ahorradores británicos y holandeses, tras la quiebra del banco Icesave, en 2008.
Casi un 75% de la población de Islandia se opone a que el gobierno reembolse esos fondos a Londres y a La Haya por considerarlos una pesada carga al presupuesto nacional, en medio de la recesión económica y crisis financiera.
Algunos funcionarios del gabinete, como la primera ministra, Johanna Sigurdardotti, temen que Islandia caiga en una cesación de pagos a los organismos financieros internacionales y se cierren los canales de préstamos, de ahí que rechacen el referendo consultivo sobre la deuda.
Según los analistas, un agravamiento de las relaciones con Reino Unido y los Países Bajos pondría en aprietos los planes de ingreso a la Unión Europea de esta nación de 315.000 habitantes.
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