sábado, 6 de marzo de 2010

Islandia rechaza en referendo un acuerdo para pagar la deuda extranjera

REYKJAVIK.- Un 98% de los islandeses rechazó este sábado en referendo un acuerdo por 5.000 millones de dólares para el pago de la deuda extranjera a Gran Bretaña y Holanda, según mostraron los primeros resultados parciales.

Islandia necesita implementar un acuerdo con ambos países para desbloquear la ayuda extranjera que requiere y así impulsar su debilitada economía.

El acuerdo original sometido a la consulta ciudadana hoy preveía devolver 3.800 millones de deuda en euros en un período de 15 años y a una tasa de interés del 5,5%, unas condiciones que no agradan a la mayoría de los islandeses. De hecho, la primera ministra, Jóhanna Sigurdardóttir, ya anunció que no votaría en la consulta y mostró su confianza en que el diálogo -en el que Islandia busca resultar lo menos perjudicado posible- llegue a buen puerto la semana que viene.

Tal y como preveían las encuestas, los islandeses han rechazado este sábado en un referéndum esa polémica ley para devolver a Reino Unido y Holanda las millonarias deudas derivadas de la quiebra del banco Icesave (filial del Landsbanki), que afectó a los depósitos de unos 300.000 ahorradores de estos dos países.

La primera ministra Sigurdardóttir, ha asegurado, en declaraciones recogidas por la Radiotelevisión nacional de Islandia tras conocerse los primeros resultados pasadas las diez de la noche (23.00 hora peninsular española), que el desenlace de la consulta no es extraño.

Para el ministro de finanza, Steingrímur J. Sigfússon, que no fue a votar en esta jornada histórica para Islandia, dice que lo importante ahora es pensar en que "está sobre la mesa un acuerdo mejor" para los islandeses sobre la devolución de la millonaria deuda.

En medio de un clima de inseguridad política y económica, los cerca de 230.000 habitantes llamados a votar tenían la oportunidad de pronunciarse sobre la validez de esta norma. Está en clave la recuperación del país y la credibilidad de un Ejecutivo pendiente de poder disponer de la totalidad de un paquete de ayudas del FMI que le permitan impulsar reformas para sanear la situación financiera.

El no sobrevoló inevitablemente desde el principio esta jornada histórica en el pequeño país nórdico y es que las encuestas llevaban semanas anunciando que los islandeses no estaban por la labor de apoyar la polémica legislación, aprobada a finales del año pasado por el Parlamento tras un largo debate, pero rechazada en enero por el presidente islandés, Ólafur Ragnar Grímsson.

En medio de una nube de periodistas y fotógrafos llegados de todo el mundo, el mandatario ha votado sobre las 11.00 de la mañana en un colegio de Álftanes, cerca de Reikiavik, sin apenas hacer declaraciones, informa el diario Morgunbladid.

El interés mediático no era para menos. Su decisión de no sancionar la norma, tras recibir 60.000 firmas (el 25% del electorado) en contra de la ley, fue un golpe para el Ejecutivo de Jóhanna Sigurdardóttir, que desde que llegó al poder ha tenido que hacer frente a duras críticas por su gestión de la devastadora situación, precipitada por el hundimiento de la moneda y el PIB, que cerró 2009 con una caída del 7%, la mayor de las últimas décadas.

Si para la primera ministra el referéndum es el principal impedimento para que el país avance hacia la recuperación -el paquete económico del FMI y de los países nórdicos se encuentra de momento paralizado-, para los islandeses la jornada ha sido una oportunidad de mostrar su enfado e indignación por los errores cometidos por bancos y reguladores.

La mayoría de los islandeses creen que aquel acuerdo fue injusto, y que tanto Reino Unido como Holanda abusaron al negociar unas condiciones en las que la isla tendría que pagar mucho más de lo razonable. Según los medios locales, el no en la consulta supone una declaración de que los islandeses desean ser tratados justamente.

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