martes, 2 de marzo de 2010

La jueza española que dictará el primer fallo colectivo por Lehman Brothers quiere evitar un "pánico bancario"

MADRID.- La titular del Juzgado de Primera Instancia número 87 de Madrid, Carmen Pérez Guijo, pidió hoy a los abogados de Bankinter que argumenten si la entidad financiera advirtió debidamente a sus clientes sobre la posible quiebra de la entidad norteamericana, para evitar que una posible sentencia condenatoria genere "pánico bancario" en las demás entidades financieras.

"En este caso, se trata de una sentencia colectiva y no se quiere institucionalizar el pánico bancario", explicó la magistrada al concluir la primera sesión de juicio oral por esta demanda presentada contra Bankinter, a la que reclaman un total de 10 millones de euros por las pérdidas sufridas por la quiebra de Lehman Brothers, que tuvo lugar el 15 de septiembre de 2008.

La jueza pretende así determinar si Bankinter incurrió en la misma negligencia en el asesoramiento provocada por Citibank, que fue la primera entidad condenada en España por comercializar productos de Lehman Brothers. Sin embargo advirtió a las partes de que "esto no significa que me pronuncie en este sentido", ya que "se estaría consolidando la jurisprudencia del pánico".

El Juzgado de Primera Instancia número 1 de Badajoz condenó a Citibank a pagar a un demandante individual el 38% del valor nominal de los bonos suscritos, con arreglo a la última cotización anterior a la bancarrota de Lehman. Asimismo, la magistrada recordó que también existen otras sentencias individuales que dan la razón a las entidades bancarias.

Durante la vista, el primero en declarar fue el catedrático de Economía Financiera de la Autónoma de Madrid, Prosper Lamothe, como perito propuesto por los afectados, defendidos por los bufetes Jausas y Zunzunegui.

Lamothe declaró que la actuación de Bankinter con sus clientes fue "un ejemplo de libro de mala práctica bancaria", ya que no se les informó debidamente del "riesgo de crédito que existía", ni de "quién era el emisor de los bonos", ni de que los títulos eran "perpetuos" y "ultra-subordinados", lo que significa que serían los últimos en cobrar en caso de quiebra.

Asimismo, el catedrático explicó que ya en marzo de 2008 "se empezó a ver que Lehman Brothers tenía grandes problemas", y que, ante dicha situación, Bankinter "debía de haber aconsejado a sus clientes que deshicieran posiciones".

Por último, Lamothe recordó que la directiva sobre operaciones de instrumentos financieros (Mifid), que obliga a las entidades bancarias a evaluar los conocimientos financieros de los clientes, establece que los intermediarios deben "velar por la inversión de sus clientes".

Por parte de Bankinter, compareció el presidente de Intermoney, José Pérez, la analista financiera Ana Castañeda, la comercial de la entidad María Dulce Cruzat, y el abogado del despacho Uría Menéndez Cándido Paz.

Pérez explicó que la quiebra de Lehman Brothers "no era en absoluto previsible", ya que "rompió todas las previsiones de que un gran banco no puede quebrar". En este sentido, el economista mantuvo que, ante esta situación, "no era conveniente avisar al cliente de que el emisor estaba en un grave problema".

El presidente de Intermoney explicó que la evolución de Lehman Brothers fue muy parecida a la registrada por otros grandes bancos de inversión estadounidenses como Merryl Lynch y que, en dicho caso, si los inversores se hubieran retirado en ese momento "habrían registrado más pérdidas".

Por su parte, la comercial de Bankinter afirmó desconocer el 'Manual de Información a los Clientes"' y la 'Guía Mifid', que la entidad tiene colgados en su página web. Cruzat también reconoció que las órdenes de contratación, en algunas ocasiones, se realizaban sin contar con la firma del cliente y sólo con su mandato telefónico.

No hay comentarios:

Publicar un comentario