miércoles, 31 de marzo de 2010

La máquina del Big Bang lleva a una nueva frontera de la ciencia

GINEBRA.- Los físicos de la Centro Europeo para la Investigación Nuclear, animados por su pionero éxito en crear explosiones como las del Big Bang en miniatura que permiten vislumbrar el inicio del tiempo, comenzaron el miércoles a acercarse hacia el mismo nacimiento del Universo.

Solo un día después de lograr las primeras colisiones de gran potencia a 50 por segundo, apuntaron a aumentarlas a 300 por segundo dentro del Gran Colisionador de Hadrones (LHC, por su sigla en inglés) en el Centro Europeo para la Investigación Nuclear (CERN).

"Estamos avanzando hacia nuevas fronteras de la ciencia", comentó el portavoz de CERN James Gillies, mientras nuevos haces de partículas eran inyectados en direcciones opuestas en el ovalado LHC de 27 kilómetros, que se encuentra bajo la frontera de Francia y Suiza, cerca de Ginebra.

El objetivo es aumentar en los próximos meses el flujo de información sobre lo que ocurre cuando las partículas colisionan unas con otras a una fuerza total de 7 teraelectronvoltios (TeV) y una mini fracción bajo la velocidad de la luz.

A esa potencia, las colisiones llegan muy cerca de simular acontecimiento ocurridos en nano partes de un segundo después del verdadero Big Bang, que según se cree habría ocurrido 13.700 millones de años atrás y que llevó a la creación de galaxias, estrellas, vida en la Tierra y quizás vida en otras partes.

Gillies dijo que el número de haces de partícula será aumentado desde los dos del martes a hasta 2.700 sobre lo inicial, 18 meses a dos años después de la primera etapa, en un maratoniano proyecto de 9.400 millones de dólares.

"Sería como enviar más y más automóviles en direcciones opuestas en un lado de una autopista, más y más se estrellarían contra la cabeza de otros", agregó.

Las colisiones, exhibidas en monitores del CERN en gráficos de múltiples colores como visiones de artistas tradicionales de la bola de fuego primitiva y sus consecuencias, son registradas por miles de científicos en el mundo implicados en el proyecto.

Esos científicos y sus colegas en el CERN, cuyo personal cuenta con científicos e investigadores de unos 30 países, esperan descubrir de qué se trata la invisible materia oscura, que compone el 25 por ciento del Universo, y quizás encontrar nuevas dimensiones.

Algunos investigadores externos dicen que el CERN pone en riesgo la supervivencia de la humanidad al crear pequeños agujeros negros con el experimento, versiones minúsculas de las grandes que se encuentran en el corazón de la mayoría de las galaxias y que absorben toda la materia que se acerca.

Científicos del LHC rechazan esa posibilidad. "Los agujeros negros que podrían emerger de nuestras colisiones sobrevivirán una fracción de segundo y luego se disolverán. No presentan peligro a la humanidad", dijo Denis Denegris, un físico del CERN.

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