En un texto con una serie de recomendaciones para que los gobiernos del G-20 hagan frente a su elevada deuda pública, destaca que el ritmo de retirada de las medidas dependerá de la recuperación y del estado de las finanzas públicas, de la aplicación de la política monetaria para contrarrestar los efectos de la reducción de la demanda y del tamaño del desequilibrio de las finanzas públicas.
Asimismo, destacó la importancia de que las estrategias de salida estén bien definidas y la necesidad de que los planes de consolidación tengan en cuenta la situación de otros países. En este sentido, considera que la cumbre del G-20 sobre el crecimiento podría ser un instrumento para enfrentarse a este desafío, ya que puede facilitar la coordinación política entre países.
En su informe, la OCDE destaca que los gobiernos y los bancos centrales han implementado un conjunto de medidas lógicas de apoyo a la economía en respuesta a la crisis global que se inició en septiembre de 2008. Estas medidas, junto a una reducción de los ingresos y un aumento de los gastos, han derivado en un "fuerte incremento de los déficits presupuestarios" y en un mayor endeudamiento público en muchos países del G-20.
Sin embargo, la OCDE cree que la frágil recuperación económica "garantiza la aplicación de las medidas de estímulo previstas para 2010", pero apunta que muchos gobiernos "están preparando estrategias de salida para asegurar la sostenibilidad fiscal a largo plazo". Por ello, incidió en la necesidad de preparar estrategias de consolidación fiscal que se empiecen ha aplicar a partir de 2011.
La organización aconseja que los instrumentos que se empleen para la consolidación fiscal deben minimizar el impacto negativo en la tendencia al crecimiento. Así, destaca que, aunque son necesarios los recortes en el gasto, la reducción fiscal debe mantener los programas que apoyen el crecimiento, como los destinados a educación, I+D e infraestructuras, que se espera sean beneficiosos al largo plazo.
Respecto a un aumento de los impuestos, aconseja que se debe recurrir a aquellos instrumentos que menos distorsionen el crecimiento. Así, subraya que los impuestos a la propiedad o el consumo distorsionan en menor medida que aquellos que afectan a los ingresos, tanto personales como corporativos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario