jueves, 25 de marzo de 2010

La urbanización de América Latina perpetuó las desigualdades

RÍO DE JANEIRO.- América Latina se convirtió en la región más urbanizada y desigual del mundo y sus ciudades perpetuaron el modelo de inequidad nacido en la época colonial, indicó un informe divulgado hoy por ONU-Hábitat.

El 80% de la población latinoamericana vive en ciudades, el doble que en los años cincuenta, y la pobreza no ha parado de crecer y ya afecta a 127 millones de personas, el 29% de la población urbana, según lo divulgado en el V Foro Urbano Mundial de la ONU, en Río de Janeiro.

La directora de ONU-Hábitat para América Latina, Cecilia Martínez, consideró que el proceso de urbanización ha sido "positivo" en la región, porque ha dado "oportunidades" a la gente y porque las condiciones de vida en las ciudades son "mejores" que en el campo.

"Es una cuestión de desarrollo económico. Las ciudades dieron alternativas de vida a muchas personas", dijo la directiva de la ONU en una rueda de prensa.

Según el informe, la pobreza es un problema mucho más grave en las ciudades menores y en las áreas rurales, como en el caso de Perú, donde la miseria afecta al 69,3% de la población rural, o el de Brasil (50,1%), Colombia (50,5%) y México (40,1%).

En cambio, Martínez subrayó que los beneficios del proceso de urbanización han sido "muy relativos" puesto que, en el ámbito de la ciudad, se han perpetuado y acentuado las desigualdades entre ricos y pobres.

El documento señala que el 20% de los más opulentos acapara el 56,9% de los ingresos, mientras que la misma proporción de los más pobres recibe apenas un 3,5% del pastel de la riqueza.

Estos datos confirman a América Latina como la región más desigual del mundo, con una brecha más amplia entre los más ricos y los más pobres.

Brasil es el país menos equitativo de la región puesto que la mitad de la riqueza nacional está en manos del 10% de los más adinerados, mientras que los más pobres ganan apenas un 0,8%.

En prácticamente todos los países del subcontinente el 40% de la riqueza o más pertenece a un décimo de la población y en todos ellos, se registran peores tasas de reparto de los ingresos que en regiones como el este de Europa o la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).

En las últimas dos décadas, el índice Gini, que mide las desigualdades en una escala de cero a uno, ha mejorado en América Latina en un promedio de apenas 0,03 puntos, pasando de 0,55 en 1990 a 0,52 según los últimos datos disponibles, de 2008.

El único país que registró una "notable" reducción de las desigualdades, según el documento, fue Venezuela, que mejoró nueve centésimas, registrando en 2008 un índice Gini del 0,41.

La ONU alertó de varios problemas que la rápida urbanización ha traído consigo, como el aumento de los riesgos por los cambios climáticos que se agravan en las áreas vulnerables en las que se suelen instalar los asentamientos precarios.

"Parte de la solución de los problemas climáticos puede servir también de ayuda para las cuestiones urbanas", comentó la directora de la ONU.

El informe también planteó la necesidad de mejorar la administración de algunas grandes urbes, como Ciudad de México o São Paulo, donde no existe una autoridad que rija sobre los diferentes municipios de sus áreas metropolitanas.

"Esto genera problemas de gobernabilidad. Hoy más que nunca es importante poner énfasis en lo local, descentralizar la toma de decisiones y trabajar conjuntamente entre los diferentes niveles de gobierno", comentó Martínez.

La ONU también llamó la atención sobre otras cuestiones, como el crecimiento desordenado de las periferias, la degradación de los centros urbanos y el déficit generalizado de viviendas en las ciudades de la región.

Todos estos factores contribuyen al alza de los precios que favorece la relegación de los pobres a los suburbios y a los barrios de tugurios o villas miseria.

No hay comentarios:

Publicar un comentario