domingo, 21 de marzo de 2010

Las ciudades australianas deben adaptarse al aumento poblacional

MELBOURNE.- Muchos arquitectos y demógrafos dicen que las ciudades australianas deben transformarse radicalmente para hacer frente a las presiones del crecimiento poblacional y el cambio climático, o afrontarán un enorme malestar social y un gran deterioro urbano.

"Si no hacemos esto bien (...) se desatará el infierno, nuestras ciudades se destruirán, no habrá suficiente agua, no habrá suficiente energía", dijo uno de los más destacados demógrafos de Australia, Bernard Salt.

Australia ha sobrevivido a la crisis financiera mundial, en gran parte gracias a la compra de sus recursos por parte de China, y aunque la exportación de sus materias primas seguirá reforzando su economía durante décadas, la prosperidad futura podría estar amenazada por una creciente y envejecida población, según un informe del Gobierno publicado en febrero.

El informe indicaba que hay condiciones para que la población de Australia crezca un 60 por ciento, llegando hasta los 35 millones de personas en 2050, principalmente debido a la inmigración, pero las ciudades ya tienen enormes problemas con la actual población.

"Uno de los principales problemas para Australia en la próxima década será el futuro de nuestras ciudades", dijo Heather Ridout, directora ejecutiva del Australian Industry Group, que exige una mayor inversión en infraestructura urbana.

Aunque el tamaño de Australia es el doble del de Europa, tres cuartas partes del país son zonas rurales escasamente pobladas o desiertos, dejando el grueso de la población en una delgada franja a lo largo de la costa sudeste.

De hecho, en torno al 50 por ciento de la población vive en las tres ciudades más grandes del país -Sídney, Melbourne y Brisbane- cuyas superficies tienen en total aproximadamente el tamaño de Brunei o Trinidad y Tobago.

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