lunes, 15 de marzo de 2010

México reclama a los países ricos que cumplan las promesas de Copenhague

BRUSELAS.- Los países ricos deben enviar una "señal clara" de cara a la conferencia sobre cambio climático de finales de año en Cancún y transferir la ayuda financiera prometida al mundo en desarrollo, reclamó este lunes en Bruselas el secretario mexicano de Medio Ambiente.

"Los países en desarrollo quieren ver cómo llega" la suma que las naciones más ricas se comprometieron a donarles para luchar contra el cambio climático en la conferencia internacional del pasado diciembre en Copenhague, declaró a la prensa el secretario mexicano Juan Rafael Elvira Quesada.

Invitado a Bruselas para asistir a una reunión de ministros de Medio Ambiente de la Unión Europea (UE), Quesada reclamó ese gesto para "enviar una señal clara" del compromiso de los Estados de cara a la próxima cita contra el calentamiento planetario que se celebrará a finales de noviembre en Cancún.

En Copenhague, los países más ricos prometieron una ayuda inmediata de 30.000 millones de dólares (cerca de 22.000 millones de euros) de 2010 a 2012 para que el mundo en desarrollo se adapte a los efectos de la subida de las temperaturas, priorizando África y las islas pequeñas. Por ahora, estos fondos no han sido desbloqueados y las ONG temen que los gobiernos se limiten a 'reciclar' la ayuda ya prevista al desarrollo.

Quesada recordó asimismo la importancia de la financiación a largo plazo que requerirán los países más pobres, estimada en 100.000 millones de dólares para el periodo 2013-2020.

El secretario mexicano cumple en la actualidad con una apretada agenda internacional para preparar la cita de Cancún, después de que la cumbre en la capital danesa se saldara con una declaración de intenciones, sin compromisos vinculantes para frenar los efectos del cambio climático.

"México está escuchando a todas las partes" y quiere "ofrecer un proceso transparente", declaró Quesada a la prensa internacional, insistiendo en que su país pretende "hacer de puente" entre los países ricos y en desarrollo.

Sobre los objetivos esperados en Cancún, el secretario mexicano estimó que todavía es pronto para "definirlos" y confió en poder presentarlos "entre junio y julio", sin aventurarse por ahora a adelantar si desembocaran en compromisos de reducción de emisiones de dióxido de carbono legalmente vinculantes.

La semana pasada, la comisaria europea sobre Clima, Connie Hedegaard, reconoció que "las divergencias" actuales "pueden retrasar hasta el año que viene la conclusión de un acuerdo internacional jurídicamente vinculante". Interrogado al respecto, Quesada subrayó la intención del país anfitrión de que la cita de Cancún no sea un mero "trámite", sino un momento para "hacer patente los esfuerzos" de los negociadores.

El secretario se refirió además a la determinación de México de arrancar una mayor implicación de las potencias emergentes como China, India y Brasil en la política de reducción de emisiones. Estos países deben "formar parte de la solución", si bien "comprendemos su posición" de exigir a los países más industrializados, entre éstos Estados Unidos, compromisos suplementarios, dijo Quesada.

Sobre la política de Washington contra el cambio climático, pendiente de ser aprobada por el Congreso y que prevé una reducción del 17% de las emisiones en 2020 con relación a 2005, el secretario estimó que no sería "muy inteligente" sentarse a esperar la decisión de los legisladores estadounidenses. "Tenemos que seguir adelante" para hacer avanzar las negociaciones en el plano internacional, defendió.

Quesada también dijo estar "decidido personalmente" a trabajar con las ONG. "Es importante darles un espacio (en Cancún) para que presenten una propuesta seria que nos ayude a hallar una solución", subrayó.

Finalmente, el secretario explicó que México tratará de "aprender" de las lecciones de la conferencia de Copenhague, en que la masiva afluencia de participantes provocó el caos logístico y desbordó a los organizadores.

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