miércoles, 24 de marzo de 2010

Ordóñez augura una fase de recuperación "débil y gradual" en España

VALENCIA.- El gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, manifestó hoy que "las perspectivas apuntan, en la actualidad, al inicio de una fase de recuperación que será probablemente débil y gradual y que sólo podrá consolidarse si se apoya con importantes reformas", con cambios relevantes en el mercado de trabajo que incluyan una reforma del sistema de negociación colectiva y la disminución de las cargas administrativas que soportan las empresas.

Fernández Ordóñez se pronunció así en Valencia durante su intervención en un almuerzo coloquio organizado por la Asociación para el Progreso de la Dirección (ApD) y PriceWaterhouseCoopers, acto en el que se mostró convencido de que "lo peor ha pasado" y señaló que el segundo "desequilibrio" que debe corregir España es "el rápido deterioro de las cuentas públicas".

"Si no hay reformas, nos enfrentamos a un periodo largo de crecimiento mediocre del empleo, con las consecuencias que ello tendrá en el futuro sobre las finanzas públicas, el sistema financiero, la protección social y, en general, el nivel de vida y bienestar de los españoles", recalcó.

Así, instó a llevar a cabo una "imprescindible reforma laboral que detenga la sangría de desempleo y favorezca la contratación" y adoptar "medidas concretas que permitan cumplir con el ambicioso plan de consolidación fiscal enviado a Bruselas", al tiempo que urgió a "acelerar" la reestructuración del sistema financiero español.

Hizo hincapié, en la misma línea, en que "la economía española sólo podrá recuperar ritmos de crecimiento a medio plazo suficientes para continuar el proceso de convergencia real si se instrumentan con decisión y ambición las políticas necesarias".

Puntualizó que son "particularmente urgentes" las reformas que "pueden contribuir a detener la destrucción del tejido empresarial y de puestos de trabajo, así como a facilitar el dinamismo empresarial y acelerar la absorción por el mercado laboral del elevado número de desempleados que ha surgido con la crisis".

De hecho, resaltó que "esta orientación es particularmente adecuada" para el sector de las pymes, que son "responsables de un porcentaje elevado de la creación de nuevos puestos de trabajo" y a quienes "la crisis económica está afectando de manera particularmente intensa".

Así, abogó por "flexibilizar" el sistema de negociación colectiva para poder alcanzar acuerdos, facilitar una mayor capacidad de organización interna e introducir modalidades de contratación permanente, por considerar que "ayudaría a resolver de manera menos traumática y más eficiente las necesidades de ajuste, preservando mejor el empleo y la capacidad productiva" y, en concreto, defendió la utilización de cláusulas de descuelgue.

El gobernador del Banco de España subrayó que estas reformas estructurales "son fundamentales también para aliviar las tensiones financieras", ya que "un mayor nivel de empleo y un crecimiento potencial más elevado se traducirían inmediatamente en un incremento de las rentas esperadas de las familias y de las empresas españolas y ello --prosiguió-- les ayudaría a reducir las todavía elevadas ratios de endeudamiento del sector de un modo no traumático para el dinamismo del consumo y de la inversión productiva".

En este punto, constató que las pymes son "mucho más dependientes del crédito bancario que las compañías de mayor tamaño" y perciben "un acusado deterioro de sus condiciones de acceso al crédito", lo que achacó al "debilitamiento de su posición durante la crisis" y al "incremento de las dificultades para valorar, en este contexto de gran incertidumbre, la solvencia de los proyectos individuales".

En cuanto al déficit, remarcó que "resulta inexcusable ejecutar de forma estricta el plan de reducción del déficit público que contempla el Programa de Estabilidad (2009-2013), ya que --a su juicio-- cualquier desviación significativa respecto a los compromisos anunciados suscitará importantes problemas de credibilidad que podrían dañar las posibilidades de recuperación".

Al respecto, reconoció que "son objetivos ambiciosos, cuyo cumplimiento exigirá esfuerzos notables a todas las administraciones públicos y sacrificios a numerosos colectivos potencialmente afectados por los recortes", pero destacó que "los beneficios los compensarán con creces".

Por otro lado, Fernández Ordóñez indicó que el sector residencial "deberá alcanzar una dimensión acorde con la nueva situación", lo que "exige que una buena parte del exceso de oferta existente se vaya absorbiendo" y "limitará indudablemente la expansión de la inversión residencial durante algún tiempo", mientras que también debe lograrse la consolidación del saneamiento patrimonial de empresas y familias.

Valoró, en este punto, "la significativa disminución de la inflación subyacente", fruto del "notable incremento en la sensibilidad de los precios a la situación cíclica" que permitió "lograr ganancias en la competitividad que, si se consolidan, serán decisivas para la recuperación del crecimiento", concluyó.

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