Galindo no exculpó al sistema inmobiliario de la situación actual, aunque puntualizó que esos excesos a los que aludió "no han venido provocados exclusivamente de nosotros mismos, sino que han sido generales y las cosas hay que ponerlas en su sitio".
Y es que, a su juicio, "lo que no tiene sentido es que el sector se demonizara y todas las grandes culpas que tiene el país venga del sistema inmobiliario", porque, enfatizó, "lo que realmente ha estado en crisis y lo está aún es el sistema financiero".
Explicó, al respecto, que "lo primero fue la crisis del sector inmobiliario pero luego nos dimos cuenta que lo que de verdad esa crisis se encontraba en el sistema financiero".
"Por eso fue una crisis sistémica que ha afectado a todo el mundo y que, en estos momentos, también afecta a la economía", aseveró.
En esta línea, Galindo resaltó la necesidad del crédito para que la actividad del sector encuentre soporte, tras lo que puso de manifiesto los "problemas importantes del sistema financiero". De hecho, argumentó que los tres grandes temas que determinan cómo está la economía en este momentos son el déficit, la deuda pública y privada y el empleo.
Dejó claro que "nunca han habido tipos tan bajos ni precios tan bajos, así como tanta oferta".
"La demanda de vivienda es una demanda real y ese modelo de futuro del sector es un ADN", advirtió Galindo, para después cifrar en 350.000 las viviendas que España necesitará todos los años, dependiendo de la evolución de la población, la inmigración y dinámica del trabajo; factores, dijo que "no dependen de nosotros mismos".
Es por ello por lo que consideró que "no se puede ni se debe vivir de la vivienda, pero tampoco se puede vivir sin la vivienda, debido a su capacidad de generar empleo y crecimiento", además de que interesa "reivindicar la actividad a cualquier sector económico, porque no necesitamos que funcione bien el nuestro para que la economía vaya bien, sino que funcionando bien la economía funciona bien nuestro sector".
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