Las lluvias incesantes que cayeron sobre la ciudad (y en varias otras regiones del país) desde el domingo en la noche y que solamente cesaron en la mañana de este martes, cuando los termómetros indicaban una temperatura de 19 grados centígrados en el centro de Río. El sol desapareció detrás de las nubes.
Hace apenas diez días, esos mismos termómetros indicaban más de 40 grados, seis por encima del promedio de los veranos australes.
Debido a la humedad, las elevadas temperaturas de febrero se convirtieron en una sensación térmica (la que realmente siente el cuerpo) de más de 50 grados centígrados, más elevada que las del desierto del Sahara, según especialistas. Este martes, la sensación térmica había caído unos 30 grados centígrados, apuntaron meteorólogos.
Los cariocas y los turistas que normalmente acudían a la playa para refrescarse durante el carnaval, se han visto obligados a utilizar botas e impermeables. Este martes, una orca nadaba tranquilamente en las aguas frente a la playa de 'Recreio dos Bandeirantes' (zona oeste de Rio).
"Es muy raro ver orcas en esta zona y ésta probablemente llegó hasta aquí siguiendo una corriente de agua fría", dijo al sitio 'web' G1 el biólogo marino Marcelo Szpilman, del Instituto Aqualung.
De acuerdo con los servicios de meteorología, las bajas temperaturas se deben a frentes fríos que llegan desde el sur de Brasil, en la frontera con Uruguay y Argentina, en una situación que debe durar aún una semana.
El fuerte calor (el mayor de los últimos 50 años en Río de Janeiro) se debió al fenómeno climático 'El Niño', que contribuye al calentamiento en la zona del Océano Pacífico. Esta anomalía provocó lluvias excesivas en el sur de Brasil y en Sao Paulo (sudeste), impidiendo la formación de nubes en Rio.
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