miércoles, 31 de marzo de 2010

Tras la crisis, los Estados multiplican proyectos de impuestos a los bancos

BERLÍN.- Como Alemania, que presentó este miércoles su proyecto, varios países quieren aplicar un impuesto al sector bancario para que asuma su parte de responsabilidad por la crisis o para disuadirlo de tomar demasiados riesgos, aunque la eficacia de este medida aún debe demostrarse.

El gabinete de la canciller Angela Merkel acordó este miércoles crear un nuevo impuesto a los bancos, que permitiría recaudar unos 1.200 millones de euros (1.600 millones de dólares) de forma anual disponibles para rescatar entidades financieras en dificultades, según la prensa alemana.

Los bancos pagarán la tasa de acuerdo con su tamaño y su importancia dentro del sector. Un proyecto de ley estará listo para mediados de año, aunque aún no está claro cuándo podría entrar en vigencia el nuevo impuesto.

Otros países, entre ellos Francia y Estados Unidos, están considerando propuestas similares.

En el caso de Estados Unidos, el presidente Barack Obama quiere "recuperar cada centavo" de los fondos públicos que permitieron estabilizar el sistema financiera durante la crisis, aunque también está la posibilidad de utilizar el impuesto para alimentar un fondo de rescate, como ha decidido Alemania.

Los expertos comparan los "riesgos sistémicos" que ciertas actividades financieras hacen correr a la economía a una "contaminación". Gravarlos con una tasa sería una medida preventiva.

Las virtudes de esta idea, que debería proponer a finales de abril el Fondo Monetario Internacional (FMI), son múltiples, según algunos.

"Crear un fondo de reserva puede estar justificado. El impuesto sería así más un seguro pagado por los bancos para enfrentar sus futuras dificultades", estimó el experto Gunther Capelle-Blancard, del Centro de Estudios Prospectivos y de Informaciones Internacionales (CEPII).

Según este analista, con esta opción "sería más fácil convencer a los bancos, en la medida en que esta prima estaría destinado a ellos".

Sin embargo, esta solución plantea algunas reservas.

La principal preocupación concierne la idea de seguridad que podría alimentar: al darle a los bancos la garantía de que serán salvados hagan lo que hagan, gracias a ese fondo de rescate, se los alienta a tomar más riesgos.

En ese sentido, Thomas Philippon, profesor de la New York University, propone "reglas muy estrictas y creíbles sobre la utilización de esos fondos".

Otro problema que se plantea es qué hacer con ese dinero inmovilizado.

"Para que sea útil, habría que colocarlo en activos sin riesgo, logrando de todos modos que sea fácil de movilizar en caso de crisis", subraya Gunther Capelle-Blancard.

Para evitar el riesgo de que los bancos no controlen sus apuestas, Francia y el Reino Unido preferirían utilizar los ingresos del impuesto a los bancos para alimentar directamente el presupuesto del Estado.

"La utilización del producto de este impuesto provoca debate, pero en realidad es un detalle", relativiza Thomas Philippon. Más vale preguntarse cómo contribuiría un impuesto de este tipo a "impedir la próxima crisis", agrega.

En la misma sintonía, Gunther Capelle-Blancard duda que un impuesto adicional pueda tener un impacto sobre la toma de riesgos de los bancos.

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