miércoles, 28 de abril de 2010

Abecedario del sistema de calificación de las agencias financieras

PARÍS.- Las tres grandes agencias internacionales de calificación financiera -Standard & Poor's, Fitch y Moody's- evalúan la solvencia de los Estados o de las empresas, y el riesgo de impago de su deuda.

También atribuyen notas sobre la calidad del endeudamiento de dichas entidades, a corto y a largo plazo, siendo ésta última la que más estrechamente se vigila.

La calificación está escalonada de AAA -la mejor- a D -impago-, pasando por una veintena de niveles intermedios que incluyen símbolos como '+', '-', '1' o '2' que son añadidos a la nota.

De esta forma, se pueden encontrar calificaciones como AA+, A- o Aa2, que permiten clasificaciones más acordes con la situación de los diferentes prestatarios.

De manera general, las calificaciones pueden dividirse en dos grandes categorías: las 'inversiones estables' o 'high grade', que corresponden a las notas entre AAA y BBB, y las 'inversiones especulativas', con notas inferiores a BBB.

- Categoría de inversión estable

AAA o Aaa: nota reservada a los emisores sólidos con un riesgo de impago casi inexistente. Es la mejor calidad posible.

Aa o AA: nota atribuida a los emisores de alta calidad y fiables.

A: nota para los emisores de buena calidad que son, no obstante, susceptibles de verse afectados por cambios de situación económica.

Baa o BBB: nota reservada a los emisores cuya solvencia es intermedia, pero que se mantienen capaces de responder a sus obligaciones.

- Categoría de inversión especulativa

Ba o BB: nota atribuida a los emisores que presentan características especulativas, y que no están seguros de responder a sus compromisos a largo plazo.

B: nota para los emisores cuya probabilidad de reembolso es incierta a largo plazo.

Caa o CCC : Nota atribuida a los emisores especulativos para quienes el impago parece probable a largo plazo.

Ca o CC: Nota atribuida a un emisor de carácter altamente especulativo, con riesgo de no reembolsar su deuda.

C o D: Nota atribuida a los emisores en impago.

Hay dos criterios que sirven para calcular la capacidad de un Estado o de una empresa de hacer frente a su deuda: su nivel de endeudamiento total y los flujos de dinero recibidos cada año, que permiten reembolsar parte de esa deuda.

La calificación de un Estado tiene pues en cuenta su Producto Interno Bruto (PIB) -el conjunto de riquezas producidas en el país-, su endeudamiento y sus ingresos fiscales.

En cuanto a las empresas, el volumen de negocios es más imprevisible, y si los activos valen apenas más que su deuda, se dice que le quedan pocos fondos propios, situación que puede pesar en la calificación.

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