miércoles, 14 de abril de 2010

EEUU invita a los ministros de Energía del continente para estudiar alianzas

WASHINGTON.- Ministros y responsables del área energética del continente americano se reúnirán el jueves y el viernes en Washington, a invitación de Estados Unidos, para intentar dar impulso a la propuesta del presidente Barack Obama de tejer alianzas en el sector.

Ante un petróleo que no da signos de bajar de precio y el desafío del cambio climático, Obama propuso hace un año, en la Cumbre de las Américas, dar un giro a las relaciones con América Latina y buscar puntos de acuerdo en el sector energético.

El líder estadounidense propuso crear una agenda basada en la eficiencia energética, en las fuentes renovables y en la producción de combustible de origen fósil menos contaminante.

Pero el presidente estadounidense no esconde al mismo tiempo su deseo de darle a su país autonomía energética y por ello autorizó hace dos semanas la exploración petrolera en determinadas zonas de alta mar frente a las costas de su país, dejando de lado objeciones ecologistas.

"Se trata de utilizar menos y ser más eficientes, intentando diversificar nuestras fuentes de suministro", explicó David Goldwyn, coordinador de asuntos energéticos del Departamento de Estado, este miércoles en rueda de prensa.

"Podemos y debemos convertirnos en el líder mundial de la energía limpia", explicó recientemente el secretario de Energía, Steven Chu, a empresarios del sector, ante los que anunció 80.000 millones de dólares en inversiones dentro del país.

Estados Unidos busca embarcar a América Latina en esos planes como un nuevo intento de cambiar su relación con la región, más allá de la imprevisibilidad de la situación política.

Entre otros proyectos que arrancaron tras la Cumbre de las Américas, Estados Unidos propuso (en alianza con el Banco Interamericano de Desarrollo, BID) un plan de un coste de unos 2.000 millones de dólares (1.460 millones de euros) al año, para suministrar electricidad a 34 millones de personas en el campo durante una década.

Pero la agenda energética es precisamente la que marca muchas de las decisiones políticas en la región. Los planes socialistas del presidente venezolano, Hugo Chávez, dependen fundamentalmente de los ingresos petroleros y países como Bolivia o Ecuador han construido por su parte su discurso político sobre nacionalizaciones de sectores clave como el gas.

"El clima de inversión energética regional es incierto, en un momento en que la región debería aspirar toda la liquidez que pueda en un momento de recesión mundial", explica Eric Farnsworth, vicepresidente del centro de análisis Consejo de las Américas. Curiosamente, Estados Unidos se encuentra ahora más cerca políticamente de la región, tras muchos años de diálogo sordo.

Chu no dudó en afirmar ante los empresarios de su país que "las políticas gubernamentales de apoyo, estables, crearon la demanda (energética) en Europa a principios de los años 1980" y que lo mismo quiere hacer ahora Washington con sus inversiones públicas.

Pero esa política demócrata, como sucede con la agenda comercial, pasa por sentar primero las prioridades internas estadounidenses, sobre todo en un momento de crisis.

"Los ministros deben empezar a mirar la energía como una verdadera alianza, en lugar de otro episodio deprimente del tipo: '¿qué puede hacer hoy Estados Unidos por mí?'", cree Farnsworth.

"Este no es un programa de asistencia, sino que se trata de mostrar lo que está al alcance de la mano, y permitiendo acuerdos", explicó Goldwyn.

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