lunes, 5 de abril de 2010

El BCE se reúne tranquilizado por el plan de apoyo europeo a Grecia

FRANCFORT.- El Banco Central Europeo (BCE) se reúne esta semana en Fráncfort (oeste de Alemania) por primera vez desde el acuerdo entre los líderes europeos sobre un plan de apoyo a Grecia con la participación del FMI, una alternativa finalmente aceptada por la institución que rige la política monetaria de la Eurozona.

Según la opinión unánime de los economistas, el BCE debería mantener en su encuentro del jueves su tasa principal en un 1%, el nivel más bajo de su historia.

A finales de marzo, tras el anuncio del plan para Grecia, el presidente del BCE, Jean-Claude Trichet, había manifestado sus temores de que los países de la Eurozona no asuman sus responsabilidades, aunque luego saludó la adopción del mecanismo de ayuda que sólo se aplicará como último recurso.

Una intervención del Fondo Monetario Internacional (FMI) sería una primicia desde la creación de la zona euro en 1999 y podría ser interpretada como una señal de incapacidad de la Unión monetaria para resolver sus problemas por sí misma.

Las dificultades financieras de Grecia, así como las de Portugal, España, Italia e Irlanda siguen siendo un motivo de preocupación y harían que el BCE mantenga su apoyo al sector financiero.

En ese sentido, el BCE no cambiaría su política monetaria "por mucho más tiempo de lo pensado por los mercados", dijo la analista Jennifer McKeown, de Capital Economics.

Además, la institución con sede en Fráncfort aseguró el mes pasado que no retiraría por completo su dispositivo excepcional anti-crisis al menos hasta octubre próximo, aclarando que una revisión progresiva no debía ser interpretada como una señal de cambios de las tasas de interés, señaló el experto Ralph Solveen, de Commerzbank.

La atención se concentrará entonces en las garantías que el BCE exija de parte de los bancos a cambio de liquidez.

Desde el agravamiento de la crisis financiera en septiembre de 2008 con la caída del banco norteamericano Lehman Brothers, el BCE decidió ser menos rígido en cuanto a esa cuestión.

Su idea en mantener flexibles esos criterios "más allá de 2010", como declaró recientemente Trichet ante el Europarlamento.

Eso es una buena noticia para los bancos griegos, que depende mucho aún de las operaciones de refinanciamiento del BCE, y para las obligaciones del Estado griego, que seguirán siendo aceptadas como garantías a cambio de liquidez.

En cuanto a la situación de la Eurozona, la institución monetaria europea mostraría una visión contrastada, con indicios de reactivación pero grandes disparidades entre los 16 países que integran su espacio.

Al mismo tiempo, la inflación subió a 1,5% el mes pasado, su nivel más alto en un año y medio, aunque sigue por debajo del objetivo de estabilidad de los precios del BCE, que se sitúa en torno al 2%.

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