jueves, 29 de abril de 2010

La decisión de S&P ya había sido anunciada por los mercados y podría anticipar nuevas rebajas para España

MADRID.- La decisión de Standard & Poor's de rebajar la nota de la deuda española a largo plazo hasta 'AA' desde 'AA+' con perspectiva 'negativa' es la consecuencia lógica de lo que ya venían anunciando los mercados y podría ser la antesala de nuevas rebajas en la calificación, según indicaron expertos consultados.

El director del Servicio de Estudios del Instituto de Estudios Económicos (IEE), Gregorio Izquierdo, afirmó que la decisión de S&P supone una "mala noticia", pese a que ya "se estaba esperando", y apuntó que "es muy probable" que las otras dos agencias, Fitch y Moody's, le sigan y rebajen la calificación de la deuda española.

"Aunque no tienen por qué, normalmente las agencias de rating tienden a coincidir en el diagnóstico. Me temo que es muy probable que el resto de agencias le sigan", aseguró. Además, Izquierdo indicó que la rebaja de la calificación "va a encarecer el coste de la financiación no sólo del Tesoro, sino también de la economía, y va a detraer la entrada del flujo de capitales".

"Seguimos teniendo una calificación muy fuerte. Seguimos en un nivel alto, pero en ausencia de un plan de ajuste fiscal intenso y creíble, la tendencia que se ha marcado es de deterioro de rating", añadió.

Por su parte, desde Analistas Financieros Internacionales (AFI) constataron que la decisión de S&P vuelve a ser un movimiento "con retraso", al afirmar que los niveles de la prima de riesgo de España en las últimas semanas "atestiguaban" una calidad inferior a la AA+.

Ante la perspectiva negativa que pesa sobre el 'rating' de España, desde AFI avisaron de que sin reforma laboral y sin la reestructuración del sector bancario los mercados acentuarán su presión sobre la solvencia española.

Asimismo, el director general de Inversis Gestión, Juan Luis García Alejo, destacó que la rebaja del 'rating' tendrá un importante impacto en los mercados, aunque no supondrá un "descarrilamiento de la economía".

A su juicio, la rebaja entra dentro de los escenarios previstos, pero "llega antes de lo esperado" y subrayó que las agencias de calificación están observando un crecimiento de las tensiones en torno a la deuda soberana de los países periféricos y en la credibilidad que el mercado otorga a los planes de rescate. No obstante, confió en que el Gobierno español pueda acelerar las medidas que debe adoptar para salir de la crisis.

Por su parte, el profesor del IESE Pablo Fernández indicó que la decisión de S&P es "bastante irrelevante" en tanto que "los mercados ya venían diciendo que tenían sustancialmente menos confianza en la deuda de España". Es más, indicó que "los mercados han tardado mucho tiempo en decirlo".

En su opinión, la clave es la desconfianza que está generando la, a su juicio, mala gestión económica del Gobierno. En este sentido, Fernández consideró que los próximos dos años de la legislatura seguirán siendo malos para la economía española y anticipó que "si no vuelve a salir" elegido el actual Gobierno en las próximas elecciones "el problema no será muy gordo".

Por su parte, el economista jefe de Intermoney, José Carlos Díez, indicó que la rebaja de S&P podría suponer un deterioro del bono público en bolsa en la jornada de hoy, ya que la noticia se ha conocido poco antes de cerrarse la sesión de ayer.

Si bien, la consideró normal, teniendo en cuenta que esta percepción "ya estaba en los mercados" en tanto que se habían rebajado en la víspera las calificaciones de Grecia y Portugal. En este sentido, indicó que el próximo país podría ser Irlanda.

Sin embargo, apuntó que el escenario macroeconómico que S&P baraja para España es "muy negativo" y no puede tomarse como escenario central, por lo que "es poco probable" que Fitch y Moody's tomen decisiones similares.

Desde Self Bank coincidieron en que la rebaja del 'rating' "no sorprende" ante el recorte de la nota de Grecia al nivel de los 'bonos basura' y de Portugal a A-. Así, aseguraron que la caída de la solvencia de España era un hecho que "ya estaba descontado" en los mercados internacionales.

Asimismo, consideraron "lógica" la presión de los inversores sobre la deuda de Grecia, Portugal y España, ya que comparten déficit públicos "elevados", que en el caso español cerró 2009 en el 11,2%.

No obstante, descartaron asemejar la solvencia de España con la del país heleno, al recordar que Grecia "mintió a los mercados" sobre la situación real de sus cuentas públicas, como puso de manifiesto la revisión al alza de la oficina estadística europea hasta el 13,6% del PIB.

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