Mientras duró la manifestación y para prevenir incidentes, las autoridades uruguayas mantuvieron clausurado el acceso desde el lado oriental, donde se desarrolló de forma simultánea una protesta de trabajadores damnificados por el prolongado cierre del paso.
Del lado argentino, los manifestantes reclamaron "el desmantelamiento de Botnia-UPM" y exigieron a la presidenta argentina, Cristina Kirchner, que trabaje para ello, y al mandatario uruguayo, José Mújica, que "pida perdón, porque el Estado que usted conduce violó el Tratado del Río Uruguay y generó este conflicto".
Así lo expresa una proclama leída sobre el puente, firmada por la Asamblea Ciudadana Ambiental de Gualeguaychú (a 230 kilómetros al norte de Buenos Aires), que además le pregunta a Kirchner si "realmente cree que no se instalará otra pastera sobre la orilla del río si no hay castigo para Botnia-UPM".
La ausencia de sanción es invocada también para reprobar a la Corte Internacional, cuyo fallo fue anunciado el martes pasado. "En Europa los ilegales son expulsados; para La Haya, los ilegales en Sudamérica se quedan", dice la proclama.
En el documento se considera ese fallo "inhumano y perverso" porque condena a los habitantes de la cuenca del río Uruguay "a convivir con la agresión y contaminación permanente", y se afirma que en los dos primeros años de funcionamiento, la pastera produjo 36.800 toneladas de tóxicos.
Se queja asimismo, de que el pronuciamiento de la CIJ no menciona a Finlandia, a la que atribuye una responsabilidad de primer orden en el caso.
La multitud se había congregado cerca de la cabecera occidental del puente con los lemas "No a las papeleras" y "Fuera Botnia", reproducido también en decenas de embarcaciones deportivas que llevaron la protesta hasta el medio del río, frente a la planta cercana a la ciudad uruguaya de Fray Bentos (a 300 kilómetros al noroeste de Montevideo).
Enarbolando banderas argentinas y uruguayas y carteles con consignas ecologistas, los manifestantes participaron luego en una oración ecuménica encabezada por el obispo de Gualeguaychú, Jorge Lozano; el rabino Sergio Bergman y dignatarios de otras religiones.
Tras la ceremonia, realizada en un puesto fronterizo de Argentina, una gigantesca columna, que incluyó familias con sus niños y delegaciones de otras ciudades, inclusive uruguayas, caminó cuatro kilómetros hasta el puente y ocupó un segmento de la rampa del lado argentino, sin llegar al punto medio.
Fue entonces cuando, bajo la discreta vigilancia de la Gendarmería (guardias fronterizos) y la Prefectura Naval (guardacostas), los manifestantes cantaron los himnos argentino y uruguayo y escucharon la proclama, tras lo cual se desmovilizaron.
Los presidentes de Argentina, Cristina Kirchner, y de Uruguay, José Mújica, se reunirán en Buenos Aires mañana miércoles para intentar mejorar las relaciones bilaterales, enturbiadas en los últimos años por esta controversia, a la que consideran zanjada tras el pronunciamiento de la CIJ.
El tribunal internacional confirmó la continuidad de la fábrica tras considerar que no hay pruebas de que contamine y, a la vez, dijo que Montevideo incumplió su deber de informar al Gobierno argentino sobre este emprendimiento, que entró en funcionamiento a finales de 2007.
La CIJ no se pronunció en cambio sobre el bloqueo del tránsito sobre el puente binacional, que tuvo episodios esporádicos en 2005, pero se hizo permanente el 20 de noviembre de 2006 y durante meses se prolongó a los demás puentes que unen a ambos países.
Una asamblea popular que será convocada esta semana en Gualeguaychú decidirá si el bloqueo se mantiene o es levantado.
En la margen oriental, por su parte, cerca de 200 damnificados por el bloqueo del puente exigieron el fin de esa medida de fuerza.
Con banderas nacionales y pancartas que rezaban "fuera piqueteros", comerciantes y vecinos de Fray Bentos se movilizaron para "demostrarles que seguimos de pie junto a nuestro pueblo pese a todo lo que debimos padecer", indicó Daniel Fernández, uno de los portavoces del grupo.
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