Se da a conocer que la aplicación del horario de verano tendrá una duración de siete meses por lo que concluirá hasta el domingo 31 de octubre próximo.
El horario de verano es una medida que consiste en adelantar el reloj una hora, con objeto de aprovechar mejor la luz solar en la tarde-noche.
De acuerdo a cifras oficiales, los ahorros acumulados por la aplicación del horario de verano, desde su inicio en 1996 a la fecha, permitieron dejar de utilizar aproximadamente, 16 mil 83 millones de kilowatt/hora.
La vigencia del horario de verano en 2009, permitió al país el ahorro de mil311 millones de kilowatt/hora, equivalentes al consumo anual total del estado de Campeche, ya que con su aplicación además fue posible evitar el consumo de 3.15 millones de barriles de petróleo crudo equivalente.
Con ello, se impidió la emisión a la atmósfera de 22.2 millones de toneladas de bióxido de carbono, principal contaminante y generador del llamado “efecto invernadero”, que provoca a su vez el calentamiento gradual del planeta, máxima preocupación ecológica mundial.
Este programa es parte del conjunto de medidas que requieren la participación, tanto del gobierno como la sociedad, las cuales están orientadas a desarrollar una nueva cultura del ahorro y uso eficiente de la energía.
Sin embargo y pese a los reportes de ahorro de energía, para la mayoría de los duranguenses (principalmente jóvenes y niños) esto representa una molestia, pues tienen que levantarse prácticamente “a oscuras” para ir a la escuela y muy temprano (en horario) tienen que acostarse.
Según explica Claudia Rodríguez, estudiante de la secundaria número 6 de la capital, con el horario de verano se tiene que levantar una hora más temprano para ir a la escuela, “tarda uno en acostumbrarse, a media mañana traemos sueño, nos duele la cabeza y cuando nos estamos acostumbrando, vuelve a cambiar el horario”, dijo entre risas.
Al igual que Claudia, las amas de casa señalan que se preocupan cuando sus hijos tienen que marcharse a la escuela, pues aún es de noche, pero el reloj ya marca que son las 6:30 y apenas si les alcanza el tiempo para llegar.
De esta manera, hay muchas opiniones en contra de este horario, sobre todo si en Durango no existe una actividad productiva tan agitada como en otros estados, así lo destacó maría tinoco, vendedora, quien asegura “Aquí no tenemos que recorrer grandes distancias para ir a nuestro trabajo, a la escuela o a donde vayas, creo que cambiar el horario es ridículo, pero tenemos que seguirlo, ya nos lo impusieron no”, cuestionó.
Según cifras oficiales, el año pasado se dejaron de consumir en el país 1. 311 millones de kilowatts-hora.
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