En concreto, el 45% de los españoles que van a trabajar estando enfermos lo hacen porque no pueden ausentarse ni un sólo día ante la magnitud de su trabajo, en tanto que el 27% no deja de ir a la oficina por miedo a perder su empleo.
Por su parte, el 8% de los españoles encuestados declaran que, si está enfermos, no van a la oficina y se quedan a trabajar desde casa, mientras que el 20% ni acuden a su empresa ni trabajan desde casa, sino que se quedan descansando para recuperarse.
A nivel mundial, el porcentaje de trabajadores que acude al trabajo pese a sentirse mal es del 63%, inferior, por tanto, al de los españoles, en tanto que el 24% prefiere descansar en su casa con el fin de curarse.
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