jueves, 1 de abril de 2010

Una película alemana da respuestas a las dudas de Al Gore

BERLÍN.- Al Gore planteó algunas preguntas alarmantes sobre el cambio climático en su película ganadora del Oscar en 2006 "Una verdad incómoda", que ahora un cineasta alemán ha intentado responder en un nuevo documental.

"La cuarta revolución - Autonomía energética", de Carl Fechneres, intenta mostrar cómo el mundo podría obtener la energía necesaria de fuentes renovables en 30 años, y ayudar a desacelerar el cambio climático del que Gore advirtió en su exitosa película.

El largometraje de Fechner, una provocativa mirada a la energía renovable en países como Estados Unidos, Alemania, España, Dinamarca, China, Mali y Bangladesh, generó críticas favorables pero también negativas en Alemania desde su estreno la semana pasada.

Algunos medios la han elogiado por mostrar una vía libre de combustibles fósiles a la que el mundo podría optar, pero también fue catalogada por otros como propaganda política por sugerir que poderosos intereses están bloqueando un mayor uso de energías renovables.

"La película toma una posición clara de que sería posible para el mundo confiar en la energía renovable para el cien por cien de sus necesidades", dijo Fechner a Reuters. "Pero sin embargo sigue siendo una pieza de periodismo puro".

"Es un documental. Toda película toma una posición. No se puede lograr un cien por cien de objetividad en ninguna película. La nuestra es especialmente notoria ya que ofrecemos soluciones. ¿Puede una película ofrecer soluciones como éstas? En mi opinión, sí se puede", agregó.

Fechner, que lleva 20 años realizando documentales, dijo que la película de Al Gore, que sacó a la luz pública el problema del calentamiento global, le inspiró para hacer su obra, y señaló que quería mostrar un camino que podría ser tomado para ayudar a combatir el cambio climático.

El documental trata de dar soluciones mostrando una planta de energía solar concentrada en España que produce electricidad suficiente para 100.000 personas, una red de energía eólica en Dinamarca y proyectos de energía solar en Mali y Bangladesh.

Además destaca que unos 2.000 millones de personas no tienen acceso a la electricidad, un problema que podría aliviarse en los próximos años con un mayor uso de energías renovables descentralizadas, que tendrían la ventaja añadida de combatir la pobreza.

"La pobreza y la falta de energía van de la mano", declaró el director.

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