lunes, 3 de mayo de 2010

Calderón y Merkel llaman a restaurar la confianza para un acuerdo climático

BONN.- México y Alemania, copresidentes de una reunión ministerial sobre el clima, llamaron a restaurar la confianza, tras el traumatismo de Copenhague, entre los países industrializados y en desarrollo para llegar a un acuerdo global en el marco de las Naciones Unidas.

El 'Diálogo de Petersberg', que toma el nombre por el palacio que alberga las conversaciones hasta el martes de los representantes de 41 países, incluidos 35 ministros, debe permitir hacer un balance del Acuerdo de Copenhague, firmado hasta el día de hoy por 120 países, y de construir el contenido de un futuro acuerdo mundial bajo los auspicios de la ONU.

El presidente mexicano, Felipe Calderón, estimó en la apertura de la reunión en Bonn (oeste de Alemania) que la cumbre sobre el clima que se llevará a cabo entre el 29 de noviembre y el 10 de diciembre en el turístico balneario de Cancún (sureste de México) será "un desafío a la credibilidad de la cooperación internacional".

"Estamos listos para escuchar a todo el mundo atentamente y estaremos abiertos a todas las propuestas para encontrar una solución verdaderamente mundial", aseguró.

La canciller alemana, Angela Merkel, pidió por su parte "establecer una base de confianza" entre los diferentes Estados para la cumbre de Cancún.

"Nuestro trabajo preparatorio en Cancún será encontrar una base de confianza y hacer que ningún país sea dejado de lado", estimó Merkel.

"Deberemos comunicar los resultados de nuestros trabajos aquí a los otros grupos, ya que es algo que no funcionó bien en Copenhague", insistió la canciller.

Un forma de restablecer la confianza, según Calderón, será trasladar rápidamente los compromisos de financiación tomados en Copenhague por los países industrializados, que prometieron 100.000 millones de dólares anuales a partir de 2020 para ayudar a los países más pobres a financiar la lucha contra el cambio climático.

El secretario general de la ONU creó en febrero un grupo consultivo internacional de alto nivel cuya labor consistirá precisamente en "movilizar los recursos" prometidos y que tardan en concretarse.

A cambio, Calderón pidió a los países en desarrollo que empiecen a actuar, aunque el acuerdo de Copenhague no les exige ninguna reducción de sus emisiones de gases de efecto invernadero.

"Hasta ahora siempre hemos hablado de responsabilidades diferenciadas. A partir de ahora hay que reconocer una responsabilidad compartida", insistió, en oposición a la Convención de la ONU sobre el clima, que establece la noción de "responsabilidades comúnes pero diferenciadas" entre países ricos y en desarrollo.

"Limitar el calentamiento global no es solamente responsabilidad de los países desarrollados", repitió.

En Copenhague, la presidencia danesa de la conferencia había lanzado, al final de la primera semana, consultas ministeriales restringidas dejando de lado a la mayoría de los países en desarrollo lo que había suscitado numerosas protestas y generado un clima de desconfianza que condujo a un fracaso del encuentro y al cese de las negociaciones antes de la llegada de los jefes de Estado y de Gobierno.

El 'Dialogo de Petersberg' es la primera reunión política de este nivel desde la conferencia de Copenhague.

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