lunes, 10 de mayo de 2010

El campo requiere trabajadores extranjeros en EEUU

WASHINGTON.- Incluso durante la recesión, cuando abundaba el desempleo, las tareas agrícolas fueron hechas por trabajadores extranjeros que se encargaron de las cosechas, de ordeñar vacas y de recoger manzanas en muchas haciendas estadounidenses, haciendo el trabajo que los norteamericano no quieren hacer.

La mayoría de los estadounidenses le escapan a tareas como recoger tomates a mano o cortar repollos porque es un trabajo por temporada, muy exigente, a la intemperie y a menudo en localidades remotas, según los hacendados.

Por ello, a los agricultores no les queda otra salida que contratar mano de obra extranjera, incluidos indocumentados. Y sus cosechas serán más complicadas todavía ahora que se intensificó la campaña contra la inmigración ilegal y se hicieron cambios en los programas de visas para trabajadores temporales.

Los agricultores quieren que el Congreso apruebe un proyecto de ley conocido como "AgJobs", que permitiría a quienes trabajaron al menos 150 días en tareas agrícolas en Estados Unidos los dos últimos años reciban permisos para permanecer aquí. Afirman asimismo que hay que simplificar los programas de visas para trabajadores temporales.

Aseguran que, sin esos cambios, muchos agricultores tendrán que reducir su producción, ante la falta de trabajadores confiables.

Jim Bittner, quien depende mayormente de trabajadores temporales mexicanos, dice que en los últimos años redujo en un cuarto su producción de duraznos y de cerezas en su hacienda Singer Farms de Appleton, estado de Nueva York, debido a la competencia de frutas extranjeras más baratas y a la escasez de peones que recojan las frutas a mano.

"Conseguimos gente que maneje los tractores, que aplique pesticidas y conduzca camiones, pero no conseguimos gente que se encargue de la cosecha", expresó Bittner.

El Imperial Valley de California producía mucho espárrago, pero el área destinada a ese cultivo se redujo a la mitad, de 318 hectáreas (786 acres) a 151 (373) en el 2008, en buena medida porque era imposible conseguir gente para todas las tareas manuales que requiere sea cosecha, según Ayron Moiola, directora ejecutiva de la Asociación de Agricultores de Vegetales del Imperial Valley.

"En Imperial Valley, el espárrago es lo que da la pauta de lo que sucede con las cosechas que requieren mucho trabajo manual y de lo que pasa con las cosechas cuando la mano de obra no resulta económica y es difícil de conseguir", manifestó.

La recesión se llevó muchos trabajadores del campo a la industria de la construcción y otras tareas. En el 2006, antes de la debacle de la economía, el estado de Washington y los agricultores dedicados a la manzana trataron de reclutar 1.700 peones y montaron una intensa campaña de promoción. Pero se presentaron solo 40 personas y apenas 10 solicitaron empleo, y fueron contratadas.

Las autoridades del estado dicen que aparentemente hay suficiente mano de obra este año, pero pronostican que no será fácil conseguir gente en el futuro.

"Nadie que sepa como funciona esto dirá que habrá un gran cambio en la sociedad y que una gran cantidad de estadounidenses volverán a desempeñar estas tareas", comentó Craig Regelbrugge, vicepresidente de la American Nursery and Landscape Association y codirector de la Agriculture Coalition for Immigration Reform.

Más de la mitad de los peones del campo contratados entre el 2005 y el 2007 se encontraban en el país ilegalmente, según un estudio del gobierno nacional.

Jessica Vaughan, directora de estudios de políticas del Centro para Estudios de Inmigración, de Washington, que promueve mano dura con los indocumentados, estima que el problema es que los agricultores están muy acostumbrados a la mano de obra extranjera y barata, y no han tenido que subir los sueldos para contratar a residentes legales ni han tenido necesidad de mecanizar sus operaciones.

"Nadie se puso a pensar qué es lo que hay que hacer para cambiar este ciclo", manifestó.

Jake Guest emplea 20 residentes de la zona en su granja de vegetales orgánicos en Vermont, pero encomienda a dos jamaiquinos la recolección de fresas y la eliminación de malezas.

"El asunto es que nadie quiere hacer el tipo de trabajo que hacen estos muchachos", dijo Guest.

Cambios en el programa de visas H2-A hacen que resulte más complicado y costoso contratar trabajadores temporales, señaló Guest. No se puede apelar a ese programa, por ejemplo, para cubrir plazas que funcionan todo el año, como ordeñar vacas.

En febrero, el Departamento del Trabajo dispuso un aumento en los sueldos y los beneficios de los trabajadores agrícolas temporales, echando por tierra regulaciones de le época de George W. Bush que facilitaba la contratación de peones a los que se les pagaba muy poco, según detractores de esas medidas. Ahora, por otra parte, se le exige a los agricultores que traten de contratar primero a trabajadores locales.

Guest dice que ahora debe colocar avisos en Vermont, dos estados vecinos y la Florida o Texas, pagar 1.000 dólares por el transporte de los jamaiquinos, pagar al gobierno una tarifa de 120 dólares por cabeza por el derecho a contratarlos y suministrarles viviendas. Por ley, no puede pagarle menos de 10 dólares la hora a los jamaiquinos, y no puede ofrecerle menos a los trabajadores locales para hacer el mismo trabajo.

Guest dice que es importante poder contar con gente que conoce el oficio.

"Si se te tapa la cañería, llamas al plomero, no a un estudiante universitario", expresó Guest. "Si tienes que recoger fresas, contratas a un recolector profesional".

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