La caída del Nikkei fue parte de unas ventas extendidas de activos arriesgados, incluyendo otras acciones asiáticas, el petróleo y algunas divisas de alta rentabilidad.
El miedo a la situación de los bancos fue disparado en parte por la intervención del Banco de España en CajaSur.
La tónica se deterioró todavía más por la noticia que el líder de Corea del Norte, Kim Jong-il, dio la orden a su ejército de estar preparado para el combate.
El Índice Nikkei cerró con baja de 298,51 puntos, un 3,06 por ciento, a 9.459,89 tras abrir a 9.632,14 y oscilar entre 9.632,09 y 9.642,60.
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