El ministro de Economía, George Osborne, presentará hoy los primeros recortes de 6.000 millones de libras (6.900 millones de euros), que se centrarán principalmente en las gratificaciones a los funcionarios, que incluyen taxis, vuelos y alojamientos de hotel.
Además, incluirá un recorte de 513 millones de libras del presupuesto de los denominados 'quangos', compañías nombradas por el Gobierno pero que trabajan de forma independiente, e incluso se contempla la desaparición de varias de estas organizaciones.
A este primer recorte, centrado principalmente en el Gobierno británico, le seguirán una reducción más drástica del 25% del presupuesto de algunos departamentos tras una revisión del gasto global en otoño.
Respecto a la reducción del empleo público, algunas estimaciones apuntan que el número de puestos de trabajo que desaparezcan podrían alcanzar los 700.000 e incluirían la reducción de decenas de miles de directores de servicios de salud, así como de médicos y enfermeras, según apunta el rotativo inglés, que cita documentos internos del Servicio Nacional de Salud. En concreto, se podrían reducir hasta 120.000 puestos de trabajo.
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