jueves, 6 de mayo de 2010

El Parlamento griego apoya en una primera votación el plan de austeridad del Gobierno heleno

ATENAS.- El parlamento griego aprobó este jueves por estrecha mayoría la crucial ley de austeridad. La ley fue aprobada por 172 votos a favor en un hemiciclo de 300 bancas.

El primer ministro George Papandreou expulsó a tres de sus diputados que se abstuvieron y no votaron a favor del proyecto, desvinculándolos del grupo parlamentario del Partido Socialista. La medida le deja con 157 diputado en la cámara de 300 bancas.

Por su parte, el líder conservador Andonis Samaras expulsó de su bloque a la ex canciller Dora Bakoyiannis por votar a favor de la medida.

"Hoy, las cosas son sencillas. Votamos y aprobamos el acuerdo o condemanos a Grecia a la bancarrota", dijo el primer ministro George Papandreou antes de la votación del paquete de austeridad.

El ministro de Hacienda George Papaconstantinou reconoció que el gobierno no tenía otra alternativa.

Papaconstantinou dijo que el proyecto de ley como presentado con carácter de urgencia ya que el 19 de mayo el país debe pagar los vencimientos de una partida de bonos por 8.500 millones de euros.

"Las arcas del estado no tienen ese dinero", reconoció Papaconstantinou. "Ya que hoy ... el país no puede endeudarse en el mercado internacional, la única forma de evitar la bancarrota y la suspensión de pagos es aceptar el dinero" de la eurozona y el FMI.

"El gobierno tiene la responsabilidad de adoptar las medidas financiares más difíciles jamas adoptadas en este país. Es un programa que requiere esfuerzo y sacrificios" agregó Papaconstantinou.

El Parlamento aprobó primero por mayoría absoluta las nuevas medidas de austeridad por valor de 30.000 millones de euros presentadas por el Gobierno heleno para reducir el déficit del país en una primera votación no vinculante.

La aprobación de estas medidas permitirá al país heleno acceder al plan de rescate de 110.000 millones de euros de la Comisión Europea, el Banco Central Europeo (BCE) y el Fondo Monetario Internacional.

Esta votación no ha contado con el apoyo de tres parlamentarios socialistas, Sofia Sakofara, Yannis Dimaras y Vassilis Oikonomou, que se han abstenido. Por este motivo, los tres han sido expulsados ya por el primer ministro de Grecia, George Papandreou, del grupo parlamentario del Partido Socialista.

Durante su comparecencia en el Parlamento, Papandreou pidió al país que acepte los severos recortes presupuestarios propuestos por el Gobierno y destacó que estas "medidas de emergencia son la condición para recuperar la credibilidad y ganar tiempo".

"Es la hora de hacer los grandes cambios que se han ido retrasando durante años", afirmó Papandreou, quien insistió en que no hay tiempo que perder para reforma una economía en un situación complicada que ha puesto en riesgo a toda la zona euro.

Asimismo, acusó al anterior Gobierno conservador de la reiterada corrupción que ha llevado a Grecia a estar al borde la bancarrota. "No estaríamos aquí, no habríamos pedido a los griegos estos sacrificios, si este saqueo no se hubiera producido", recalcó.

Los principales partidos conservadores y de izquierdas ya habían anunciado que votarán en contra de esta ley, lo que no impidiera su aprobación, pese a que el Gobierno tenía la esperanza de poder lograr un amplio consenso político sobre esta medida. "El Gobierno apoya la ley y se aprobará, pero estamos obligados a rechazarla", aseguró el líder de Nueva Democracia, Antonis Samaras.

Por su parte, el ministro de Finanzas, George Papaconstantinou, dejó en claro ante los legisladores que el Gobierno no tiene intenciones de retroceder en su plan trienal para reformar radicalmente la economía del país. "Presionaremos para seguir adelante, incluso si tenemos que caminar solos, sin el respaldo de otros partidos", dijo.

"Sabemos que el coste político es muy alto, pero no tenemos dudas, aceptamos esto con total conciencia. La solución para la economía griega depende de este programa, de estos cambios y de la reducción de nuestra deuda pública", agregó.

La votación se ha producido un día después de que cerca de 50.000 griegos marcharan por Atenas y un atentado incendiario provocara tres muertes. Los principales sindicatos públicos y privados, durante sus protestas del miércoles, paralizaron vuelos, cerraron tiendas e interrumpieron el transporte público.

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