En una declaración emitida tras una reunión del gabinete para definir los presupuestos para el periodo de 2011-2013, la oficina de Fillon destacó que el gasto público, con excepción de los pagos de intereses y las pensiones, se "congelará". Asimismo, añadió que los costes operativos estatales se reducirán un 10% durante los próximos tres años, con un recorte en 2011 del 5%.
Además, señaló que los mismos esfuerzos se exigirán a los denominados operadores estatales, que incluyen por ejempleo la oficina de empleo ANPE, algunos organismos de educación superior, museos como el Louvre o la agencia medioambiental ADEME.
En esta línea, subrayó que la modificación de las exenciones fiscales en áreas que van desde la investigación hasta el servicio doméstico y las reformas inmobiliarias tienen como objetivo ahorrar 5.000 millones de euros en los próximos dos años.
A medida que la crisis en torno a la deuda soberana se ha disparado en Grecia y ha comenzado a amenazar a otras economías europeas como Portugal y España, el Gobierno francés ha intensificado sus esfuerzos para defender su rating 'AAA', la máxima calificación posible.
La ministra francesa de Economía, Christine Largarde, recalcó este jueves que es necesario buscar un nuevo equilibrio de las finanzas públicas. "Es una tarea a largo plazo, es una tarea que debe estar bien hecha, es una tarea en la que la soberanía nacional está en juego", afirmó en el Senado.
Por su parte, el ministro francés de Hacienda, Francois Baroin, insistió en que el Gobierno no elevaría los impuestos, pero rehusó dar detalles sobre cualquier otra medida hasta que se hayan revisados los planes presupuestarios de cada ministerio en los próximos dos meses. "Ningún área está siendo priorizada frente a cualquier otra", aclaró.
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