"Nadie meterá las manos en el bolsillo de los ciudadanos", garantizó la mañana de este lunes el subsecretario a la presidencia del Consejo de Ministros Paolo Bonaiuti, quien admitió, no obstante, que para alcanzar los objetivos propuestos habrá que hacer "sacrificios".
El otro subsecretario a la presidencia del Consejo de Ministros, Gianni Letta, fue más drástico y no ocultó que tales sacrificios serán "muy duros", puntualizando además que el Gobierno se ha visto "obligado a tomar" estas medidas "para salvar a Italia del riesgo Grecia". "Entendámoslo así y nos entenderemos todos", remachó.
El ministro de Economía, Giulio Tremonti, pasó todo el fin de semana ultimando el ajuste y negociando sus detalles con los miembros del Gobierno. Esta tarde, expondrá los resultados de su trabajo al órgano consultivo del partido, el Pueblo de la Libertad.
Finalmente, las medidas serán presentadas mañana al Consejo de Ministros, que deberá aprobarlas no sin que antes se haya celebrado el esperado encuentro entre el Gobierno y las partes sociales, que tendrá lugar por la mañana.
En principio, el ajuste no prevé ninguna subida de impuestos, aunque según parece, sí se congelarán hasta 2013 los sueldos de los funcionarios. También se reducirán los gastos de los ministerios y rebajarán los sueldos de políticos, ministros y principales responsables públicos. Sin embargo, el apartado en el que el Gobierno ha prometido mano dura es el de la lucha contra la evasión fiscal.
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