Por su parte, el ministro de Hacienda de Brasil, Guido Mantega, anunció el viernes que su país aportará 286 millones de dólares al paquete de rescate financiero para Grecia, apoyado por el Fondo Monetario Internacional (FMI) y países europeos.
La contribución brasileña formará parte del paquete de 110.000 millones de euros con los que la comunidad internacional pretende ayudar a Grecia a salir de la grave crisis financiera en que se encuentra.
Mantega explicó que el aporte brasileño saldrá de sus reservas monetarias. "Es un canje de títulos, porque el derecho especial de giro también rinde intereses", dijo Mantega tras un almuerzo con empresarios en Sao Paulo.
El ministro descartó que la turbulencia en Grecia afecte las perspectivas de crecimiento económico de Brasil para este año, pese al impacto que tuvo los últimos días en la bolsa de valores local. "Brasil es una economía sólida, posee más de 245.000 millones de dólares en reservas y no será afectado por la crisis", aseguró Mantega.
En Montevideo, el vicepresidente Danilo Astori declaró que "por ahora", la economía uruguaya no se verá afectada pero admitió que "la prudencia y la cautela" son algunas prevenciones que se están tomando en especial en el campo fiscal que serán "vitales para evitar complicaciones económicas".
"Uruguay no puede descuidarse. Sigue teniendo buenos precios para sus productos y una muy buena inserción comercial", explicó Astori.
En Buenos Aires, a raíz del derrumbe de los mercados europeos por la crisis griega, el principal índice de la Bolsa de Comercio sufrió una estrepitosa caída del 5,4%, mayor a la de otros países de la región como Brasil (-2,3%). Además los bonos de la deuda se precipitaron en los últimos tres días más del 11%.
Todo ello muestra que los mercados internacionales siguen desconfiando de Argentina, dijeron analistas financieros.
Los expertos consideran que pese a que el país espera salir próximamente del "default" o la cesación de pagos dispuesta en diciembre de 2001, su capacidad para financiarse a tasas competitivas está en duda dada la magnitud de la crisis griega y su previsible efecto dominó.
Los temblores en Europa afectan por distintas vías a la Argentina. Por un lado, la caída del valor del euro está generando una preocupación creciente por la pérdida de la competitividad del peso argentino en las exportaciones de commodities (o materias primas), "de las que Argentina depende mucho", dijo Adrián Rozanski, de la consultora Delphos Investment.
La Unión Europea es el segundo cliente comercial de Argentina después de Brasil y un resentimiento de su actividad económica la llevaría a demandar menos productos locales.
La situación se complica si se tiene en cuenta que los inversores han salido a vender sus posiciones en el mercado de materias primas. La soja, de la que Argentina es uno de las principales exportadores a nivel mundial, perdió un 5% de su valor esta semana.
El crecimiento económico también podría resentirse si Europa no logra poner un freno a la caída griega y terminan resintiéndose clientes de productos agrícolas argentinos como India o China.
Analistas estimaban un aumento del PIB para este año de más del 5%.
Por otro lado es muy posible que la situación en Europa complique la capacidad el país para financiarse a tasas asequibles.
El gobierno de la presidenta Cristina Fernández apostaba a acceder a tasas de interés menores al 10% una vez concretado el canje de deuda que lanzó esta semana --lo que le sacaría "técnicamente" del "default--, pero ese objetivo se vuelve más difícil con el actual escenario financiero a nivel internacional, señaló por su parte el consultor financiero Marcelo de las Carreras.
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