sábado, 29 de mayo de 2010

La deuda pública en España ocultó el verdadero problema, la deuda privada

MADRID.- A pesar de que los mercados estén presionando a España por su deuda pública, ésta no es tan alta, y es su enorme deuda privada la que amenaza en realidad al crecimiento y podría convertirse en un problema mucho más grave, según algunos expertos.

"La deuda del Gobierno es baja, pero el país tiene una deuda de las empresas y de los hogares muy alta", relacionada sobre todo con los bienes raíces, señala el gabinete de análisis británico Variant Perception.

"Hay que decirlo claramente, tenemos un endeudamiento del sector privado aproximadamente del 178% del PIB, que triplica el del sector público, por tanto, el reto es garantizar que el coste de la financiación, fundamentalmente, la del sector privado que es el más endeudado, no ahogue la economía española", dijo ante el Congreso de los Diputados el portavoz del grupo socialista, José Antonio Alonso.

Para el Fondo Monetario Internacional (FMI), "el gran endeudamiento del sector privado" es un "desafío" para España, que lucha por tener nuevamente crecimiento positivo (logró un modesto +0,1% del PIB en el primer trimestre).

Sin embargo, estas últimas semanas, los déficits públicos y sus consecuencias sobre la deuda pública eran los que asustaban a los mercados, obligando al Gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero a imponer medidas de austeridad.

El fondo del problema de la deuda privada reside en lo que fue el cuerno de la abundancia de España durante sus años de fuerte crecimiento y se convirtió en su mayor problema desde la recesión en 2008: el sector inmobiliario.

"El fuerte endeudamiento de las empresas y de los hogares se concentró en el sector de la vivienda", señala la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).

En plena burbuja inmobiliaria, en un país en que la tradición es convertirse en propietario de su vivienda, los hogares se endeudaron cada vez más, los promotores lanzaron proyectos faraónicos y los bancos prestaron sin mirar. Pero la burbuja estalló, el desempleo alcanzó el 20%, las empresas terminaron ahogadas por la recesión y los bancos recuperaron edificios sobrevaluados.

Para Albino Prada, profesor de economía en la Universidad de Vigo, "con una tasa del 20% de paro y con un ajuste fiscal (menos gastos públicos, más impuestos), la morosidad en sus pagos es imparable". Y las empresas y los pequeños bancos también están siendo presionados.

El ministro del Fomento, José Blanco, designaba hace poco en el diario El País cuál era la raíz del problema: "Si me pregunta cuál es la autocrítica mayor que puedo hacer de este periodo, es no haber combatido con más determinación la burbuja porque eso sí que probablemente nos hubiese podido evitar algunos problemas que tenemos, sobre todo el endeudamiento privado".

"El problema es que una parte de la deuda privada está en manos extranjeras", subraya Rafael Pampillón, economista en el IE Business School en Madrid.

Según el McKinsey Global Institute, el 71% de la deuda total española se encontraba en el extranjero en 2008, es decir, entre prestamistas potencialmente asustados por las dudas que los mercados tienen sobre la deuda española y que podrían vacilar en volver a prestar.

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