sábado, 8 de mayo de 2010

La economía, en suspenso en Gran Bretaña a la espera de un primer ministro

LONDRES.- La libra esterlina cayó fuertemente el viernes tras los resultados totalmente inciertos de las elecciones británicas, mientras la patronal y las agencias de calificación financiera subrayaban la necesidad de no diferir indefinidamente reformas presupuestarias cruciales.

"El parlamento está totalmente 'colgado' y nadie sabe quién ocupará el número 10 de Downing Street dentro de una semana", señalaron los analistas de Moneycorp.

La libra fue la principal víctima de esta incógnita y llegó a caer a las 09.32 GMT hasta los 1,4476 dólares, un mínimo desde 23 de abril de 2009, contra 1,4833 en la noche del jueves.

Luego repuntó y se estabilizó justo por debajo de la víspera, después de que el jefe de la oposición conservadora, David Cameron, y el primer ministro laborista, Gordon Brown, trataran de seducir al líder de los liberal demócratas, Nick Clegg, que podría tener la llave del gobierno perse a un resultado decepcionante.

En el centro de las declaraciones de Cameron y Brown está la obsesiva cuestión del déficit público del país, uno de los más altos de Europa, del 12% del PIB, mientras que la deuda se disparó del 44% del PIB en 2007 al 77% en 2010, según cálculos de la agencia de calificación financiera Standard & Poor's (S&P), que prevé que alcance el 100% en 2014.

Pero ambos confirmaron sus posiciones antagonistas. Brown señaló que "la prioridad económica para Gran Bretaña era apoyar la recuperación en 2010", es decir, no tratar de luchar contra el déficit este año, sino el próximo, cuando la recuperación esté "estabilizada". Cameron, en cambio, reafirmó que "empezar a luchar contra el déficit este año es esencial".

"Los mercados están visiblemente inquietos de ver que, sea cual sera el gobierno que emerja, no estará en una posición suficientemente fuerte para enderezar las finanzas públicas", explicó Howard Archer, de IHS Global Insight.

La patronal británica, CBI, apeló por su parte a una decisión política "clara" y "rápida" porque las empresas "necesitan estabilidad.

El instituto de los Dirigentes, que reúne a miembros de consejos de administración, estimó que "cualquier retraso suplementario (en las finanzas públicas) sólo pondrá en peligro el futuro de la economía".

El rendimiento de las obligaciones británicas a 10 años fue más sensible que la libra a las propuestas de alianza, pasando de un tope del 3,981% al principio del día al 3,840% tras las múltiples declaraciones, contra un 3,799% la víspera.

Los mercados parecieron también mostrar que apreciaban la paciencia relativa de las dos grandes agencias mundiales de calificación financiera, Standard & Poor's y Moody's, que confirmaron las excelentes notas de la deuda del Reino Unido ('AAA'), cuya pérdida provocaría un drama nacional.

Moody's esperó que el "equipo económico que llegue sepa reunir el apoyo convencedor del parlamento para un ajuste presupuestario que no sea ni más vago ni más lento que el que enunciaron los tres grandes partidos durante sus campañas".

En lo que respecta a la Bolsa de Londres, el índice Footsie vivió una jornada volátil que recordó los peores momentos de la crisis financiera. Tras oscilar entre -0,07% a -4,1%, terminó en bajada del 2,62%. Su situación, sin embargo no fue peor que la de sus vecinas, lo que demostró que las elecciones británicas son sólo uno de los problemas de Europa, sacudida por la crisis griega y los temores de contagio.

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