lunes, 3 de mayo de 2010

La Eurozona acelera las gestiones para entregar su ayuda a Grecia

BRUSELAS.- Los países de la Eurozona aceleraban este lunes las gestiones para autorizar los préstamos a Grecia, que se dispone a aplicar un severo plan de ajuste fiscal a cambio de una ayuda masiva de la UE y el FMI por 110.000 millones de euros.

Los ministros de Finanzas de la Eurozona aprobaron el domingo el plan, en el que los europeos aportarán 80.000 millones de euros de aquí a 2012, pero deben actuar ahora rápido para completar las gestiones antes del 19 de mayo, fecha en la que Atenas afronta vencimientos de deuda por 9.000 millones de euros.

Después de mostrarse muy reticente durante meses, el Gobierno alemán, principal contribuyentel con 22.400 millones de euros, adoptó este lunes un proyecto de ley que autoriza los fondos destinados a Grecia. La luz verde del Gobierno es el primer paso de un procedimiento acelerado, por el cual la Cámara Baja del Parlamento examinará y votará el texto esta semana, para que la Cámara Alta germana lo apruebe el viernes.

Por su lado, la Cámara Baja del Parlamento francés podría aprobar este mismo lunes su contribución, de un total 16.800 millones de euros. A continuación, el Senado examinará el texto, para adoptarlo esta semana.

El 7 de mayo, los jefes de Estado y de Gobierno de la Eurozona se reunirán en Bruselas para autorizar definitivamente la entrega del dinero a Grecia.

Al día siguiente de que su Gobierno anunciara un colosal plan de ahorro de 30.000 millones de euros entre 2010 y 2012 a cambio de la ayuda, el primer ministro griego, Giorgos Papandreou, dijo que la cura de austeridad propiciaría "cambios que el país ha necesitado desde hace años".

Y este mismo lunes, el Gobierno presentó al Parlamento un proyecto de ley que incluye parte de ese plan de austeridad. El documento será votado al final de esta semana junto con otro texto que incluye el resto de medidas.

El plan de rigor pretende reducir el déficit público griego del 13,6% del PIB que alcanzó en 2009 a menos del 3% en 2014. Para ello, el Gobierno ha decidido, entre otras medidas, suprimir los aguinaldos de los funcionarios y los pensionistas del sector público, aumentar la edad de jubilación de las mujeres en cinco años, a 65, y subir la principal tasa del IVA en dos puntos, al 23%, además de reducir las inversiones públicas.

A cambio, Grecia accederá a un mecanismo de ayuda de 110.000 millones de euros durante tres años, de los cuales 80.000 millones serán aportados en forma de préstamos bilaterales por los 15 socios de la zona euro, y el resto, por el FMI.

El director gerente del FMI, Dominique Strauss-Kahn, dijo este lunes al diario Le Monde que el objetivo es que durante 18 meses Grecia no tenga que financiarse recurriendo a los mercados, donde los rendimientos de su deuda soberana se dispararon en los últimos meses.

Sin embargo, en Grecia la cura de austeridad no pasa tan bien entre los sindicatos, que para el miércoles han convocado la tercera huelga general en otros tantos meses.

Este lunes, la Confederación Europea de Sindicatos se solidarizó con ellos, diciendo que los trabajadores griegos "no deben pagar un precio injusto por el rescate" del país.

El economista de Goldman Sachs Erik Nielsen dijo que aunque Grecia parece estar "plenamente financiada para los próximos 12 meses", las perspectivas de saneamiento de las finanzas públicas podrían oscurecerse si son necesarios más recortes o si aumentan los conflictos sociales.

En cualquier caso, los bancos griegos, principales poseedores de deuda soberana, recibieron una excelente noticia: el Banco Central Europeo (BCE) ablandó sus normas este lunes, aceptando esos títulos de deuda, sea cual sea su calificación, como garantía a cambio de préstamos.

Los mercados, mientras tanto, saludaban el acuerdo para entregar la ayuda a Grecia. El interés del bono griego a diez años, que la pasada semana batió un récord histórico por encima del 11%, bajaba este lunes a las 15.30 GMT al 8,498%, frente al 8,938% del viernes por la noche.

Por otro lado, Francia y Holanda aprovecharon para pedir que se refuerce el Plan de Estabilidad y Crecimiento de la UE, que fija los topes del déficit y la deuda pública que deben respetar los países miembros de la Unión.

La ministra francesa de Economía, Christine Lagarde, pidió que se tengan en cuenta la competitividad y la estabilidad financiera, mientras que su homólogo holandés, Jan Kees, llamó a establecer "nuevos acuerdos, mucho más estrictos".

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