Una oleada de compras permitió que el promedio industrial Dow Jones volviera a colocarse por encima de los 10.000 puntos, luego que el mercado bursátil de Wall Street se hundió a uno de sus peores niveles del año.
Pero el repunte cercano al cierre de la sesión no logró disipar las preocupaciones sobre la crisis de deuda en Europa.
El Dow se desplomó más de 250 puntos tras el campanazo de apertura y permaneció por debajo de 10.000 la mayor parte del día, pero luego recuperó terreno hasta concluir con una pérdida de sólo 22 unidades cuando un funcionario en Washington insinuó que los bancos no serán obligados a vender sus lucrativas unidades de derivados como parte de la reforma financiera.
Pero a los inversionistas aún les preocupa la deuda de algunos países europeos, y probablemente eso signifique que se avecinan más días turbulentos como el del martes. El mercado teme que incluso las medidas de austeridad tomadas por los gobiernos del Viejo Continente serán insuficientes para corregir el problema y superar un prolongado bache económico en Europa, o incluso otra recesión mundial.
"Parece que los europeos están jugando al 'corre que te pillo': primero fue Grecia, y ahora tal vez es España o Portugal", dijo Jonathan Corpina, corredor en el piso de la Bolsa de Valores de Nueva York y presidente de Meridian Equity Partners.
"Sabemos que ahora es el turno de alguien más. El problema es que parece que todos los planes que se tienen no van a satisfacer las necesidades", señaló.
La reina Isabel de Gran Bretaña abrió las sesiones del Parlamento con una advertencia de que se avecinan tiempos difíciles, y en su discurso a nombre del nuevo gobierno británico dijo que habrá recortes presupuestales porque "la primera prioridad es reducir el déficit y restaurar el crecimiento económico".
Otros países europeos también están imponiendo recortes presupuestarios en un intento por controlar sus deudas. A los inversionistas les preocupa que estos pasos sofoquen el crecimiento económico, y que el crecimiento de otras naciones _incluyendo Estados Unidos_ sea obstaculizado inevitablemente.
Además de la crisis financiera en Europa, los inversionistas tuvieron que recordar que las cuestiones políticas, tales como las tensiones entre ambas Coreas, pueden amenazar el crecimiento económico. Los analistas dijeron que la fuga incontrolada de crudo en el Golfo de México contribuyó al desánimo.
Eso fue suficiente para generar una caída pronunciada de las acciones tras sonar la campana de apertura. Apenas en la primera media hora de la sesión el Dow se hundió a 9.774,48, su nivel más bajo en lo que va del año.
Pero las acciones bancarias repuntaron, y el resto del mercado les siguió en ese camino, después de que el representante demócrata Barney Frank, presidente del Comité de Servicios Financieros de la Cámara de Representantes, insinuó que las compañías financieras no deberían que tener que deshacerse de sus negocios de derivados, algo que se verían obligados a hacer según una cláusula bajo estudio en el Senado.
Según los cálculos preliminares, el Dow perdió 22,82 puntos, para quedar en 10.043,75. El índice compuesto Nasdaq bajó 2,60 unidades, a 2.210,95, y el Standard & Poor's 500 logró una ganancia marginal de 0,38 entero, para colocarse en 1.074,03.
Los inversionistas también abandonaron al euro y a los bienes de consumo, incluyendo al petróleo, y de nuevo buscaron la seguridad de los bonos gubernamentales, lo cual provocó un descenso en las tasas de interés.
El rendimiento del bono de referencia a 10 años, que se comporta en forma opuesta a su precio, descendió a 3,17%, respecto del 3,20% observado el lunes por la tarde. Llegó a ubicarse hasta en 3,07%, su nivel más bajo desde abril del 2009.
El crudo perdió 1,06 dólar a 69,16 dólares el barril en la Bolsa Mercantil de Nueva York, en parte un reflejo de las expectativas de que el débil crecimiento económico hará disminuir la demanda de combustible.
Los mercados de ultramar también descendieron agudamente. El FTSE 100 británico cayó 2,5%, el DAX de Alemania perdió 2,3%, y el CAC-40 francés se hundió 2,9%. El índice Nikkei de Japón bajó 3,1% y el Hang Seng de Hong Kong retrocedió 3,3%.
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