jueves, 6 de mayo de 2010

Las diferencias y semejanzas de España, Grecia y Portugal

MADRID.- Desde el Gobierno, la UE o el FMI se encargan de destacar que las bases de la economía española, cuatro veces mayor que la griega, son mucho más sólidas; que España no ha engañado en las estadísticas; y que el estado de sus cuentas públicas es menos precario. El presidente del Gobierno reiteró ayer el compromiso de reducir el déficit al 3% para 2013, desde el 11,2% en que cerró 2009, aunque los mercados recelan de estas previsiones.

España será la única de las grandes economías con crecimiento negativo en 2010. El récord de parados (4,6 millones) junto con la debilidad del consumo anticipan muchos gastos en prestaciones y una evolución modesta de los ingresos, según ha advertido la Comisión Europea.

Con estos antecedentes y tras colocarse en el punto de mira de los mercados, todos coinciden en la necesidad de acometer reformas lideradas por la necesidad de recortar el gasto público y rebajar el déficit, aunque la última palabra de Zapatero al respecto ha sido: “Reducción del déficit sí, drástica no”.

La reforma laboral y la reestructuración del sector financiero se presentan como otros dos retos inmediatos para que la economía española recupere la credibilidad.

Grecia: ajuste titánico

La crisis griega ha degenerado en tragedia. Tres muertos en las protestas durante la última jornada de huelga contra el plan de ajuste económico evidencian la dimensión del drama económico en que está sumido el país.

Grecia engañó sobre sus estadísticas enmascarando una realidad económica marcada por un déficit que alcanzó el 13,6% el pasado año y una deuda que supera el 115% del Producto Interior Bruto y que rozará el 134% en el ejercicio 2011.

Sanear las cuentas y recibir los 110.000 millones de euros prometidos por la UE y el FMI exigirá un plan de ajustes sin precedentes, que incluye duros recortes salariales y subidas de impuestos. El primer ministro griego admitió el día en el que solicitó el rescate internacional para evitar la suspensión de pagos que el país era “un barco a punto de naufragar”.

El plan de ayuda ha alejado la inminencia de una suspensión de pagos, pero no ha despejado la incertidumbre que rodea a la economía griega. Según Stephen D. King, economista jefe de HSBC, los cerca de 14 puntos de déficit griego se dividen en 8 puntos de déficit estructural y cerca de 6 puntos provocados por el pago de la deuda. Para poner su cuenta a cero y seguir pagando los intereses por todo el dinero que ha pedido prestado, debería conseguir un superávit del 6% . El objetivo es titánico, si se considera que, según Atenas, el PIB se contraerá un 4% este año. Bruselas calcula que caerá un 3% en 2010 y un 0,5% en 2011.

Portugal: una economía pequeña

Portugal se sitúa entre dos aguas: no está tan mal como Grecia, pero su economía tampoco tiene el peso de España. Con un PIB de unos 164.000 millones de euros, un paro que rozará el 10% este mes, un déficit del 9,4% en 2009 y una deuda que seguirá creciendo hasta alcanzar el 91,1% del PIB en 2011, Portugal se ha convertido en uno de los candidatos favoritos por el mercado para seguir los pasos de Grecia.

Ayer, Moody’s decidió poner bajo examen a Portugal por una posible rebaja de la calificación de su deuda, lo que supondría un nuevo obstáculo en su intento por alejarse del foco de los mercados.

Aunque desde la Comisión Europea se esfuerzan también en destacar que la situación lusa no es ni mucho menos comparable a la griega, Bruselas dibuja un sombrío panorama para la economía lusa, con un reducido nivel de ahorro, bajo crecimiento de la productividad, una competitividad erosionada y un consumo que permanecerá estancado hasta 2011.

Aún así, las previsión de crecimiento de la Comisión Europea mejora en dos décimas la cifra anterior, desde el 0,3 al 0,5% , lo que, según el ministro de Finanzas portugués, debería calmar los mercados.

No obstante, los mensajes tranquilizadores no terminan de calar y los especuladores siguen haciendo su trabajo. El principal índice de la Bolsa de Lisboa cayó ayer por debajo de los 7.000 puntos por primera vez desde julio del pasado año, el diferencial con el bono alemán se situó en los 290 puntos.

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