sábado, 1 de mayo de 2010

Los griegos pueden perder la paciencia ante la terapia de choque que se avecina

ATENAS.- Los griegos podrían perder la paciencia ante la magnitud de los nuevos sacrificios que piden la Unión Europea (UE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI), aunque hasta ahora parecen resignarse, estiman los analistas.

"Los griegos no están nada preparados para el nivel de austeridad, sin equivalente en Europa", que les prepara el Gobierno a petición de sus socios, "sobre todo porque tienen la impresión de que se lo imponen desde el exterior", destaca Jens Bastian, de la Fundación helénica de política extranjera y europea (Eliamep).

"Los tradicionales amortiguadores, como la economía sumergida y la solidaridad familiar, no serán suficientes esta vez" para proteger a grandes fragmentos de población expuestos a un "agravamiento de su situación", añadió.

Este investigador predice una reacción del cuerpo social que pasará por la reactivación de la emigración y el retroceso de la eurofilia griega, mientras que "la economía gris corre el riesgo de agravarse" puesto que muchos intentarán superar el mal trago así.

"El 40% de la población, la clase media, seguía hasta ahora los acontecimientos por la tele. Con las nuevas medidas, que esta vez también golpearán el sector privado, al menos la mitad de ellos se empobrecerá y comenzará a movilizarse", estima el economista Georges Ramanias, del Instituto del Trabajo, organismo sindical griego.

"La oleada de protesta hinchará después de septiembre, cuando se sientan los efectos de las medidas en toda su amplitud", advierte, ya que por ahora los sindicatos han fracasado en su intento de movilizar más allá de sus tropas tradicionales.

"Por el momento somos como el condenado a muerte que conducen a la horca, aletargado e incrédulo, pero cuando se alcance a la masa crítica, creo que después del verano, astuto será el que pueda predecir lo que pasará", opina Georges Davos, un profesor de 46 años que prevé participar en la huelga general del miércoles.

Con un salario anual de 18.200 euros, este padre de dos hijos estima que perderá "más del 30%" de sus ingresos con las nuevas medidas, que podrían incluir la supresión de dos meses de sueldo de los 14 que tienen los funcionarios y un alza adicional del IVA (Impuesto sobre el Valor Agregado).

"Existe la preocupación de que los griegos pierdan esta vez la paciencia, se alcanzaron los límites, y a la vista de los problemas de representatividad de los sindicatos, esto puede tomar formas incontroladas, guiadas por la indignación y la ira", estima Thomas Gerakis, presidente del instituto de sondeos Marc.

Pero apuesta por la resignación de la mayoría "porque no hay alternativa y los griegos saben que no es la culpa del equipo actual".

Los últimos sondeos reflejan esta volatilidad de la opinión pública, con, según los institutos, una mayoría dispuesta a tomar las calles o, al contrario, crítica con los sindicatos. Unos desaprueban la política gubernamental y otros, en cambio, creen que hará progresar el país.

El gobernante partido socialista (Pasok) mantiene su ventaja en las encuestas, aunque no se descarta que las formaciones más críticas ganen terreno en las elecciones regionales del próximo otoño.

Y acaba de aparecer una fisura en la mayoría de Gobierno, con una declaración crítica de 15 directivos del Pasok que acusan al Ejecutivo de haber impuesto un recurso al FMI que, según ellos, podría haberse evitado si no hubieran tardado tanto en reaccionar.

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