viernes, 21 de mayo de 2010

Los ministros de Economía de la Unión Europea piden nuevas sanciones contra los países con déficit excesivo

BRUSELAS.- Los ministros de Economía de la Unión Europea alcanzaron hoy un "amplio consenso" para endurecer las sanciones financieras y no financieras, e incluso crear nuevas penas, contra los países que superen el límite del 3% de déficit que marca el Pacto de Estabilidad y Crecimiento (PEC).

El objetivo es evitar que se repita una crisis de endeudamiento como la de Grecia. Los Veintisiete descartaron además que "a corto plazo" se vayan a producir quiebras controladas de países de la eurozona con problemas de endeudamiento.

"Hubo un amplio consenso sobre el principio de contar con sanciones, sanciones financieras y no financieras", explicó en rueda de prensa el presidente permanente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, al término de la reunión de los 27 convocada para tratar de mejorar la coordinación de políticas económicas en la UE.

"No me ha sorprendido, sino que me ha alegrado que todo el mundo esté dispuesto a avanzar hacia un Pacto de Estabilidad fuerte que tenemos que aplicar. Si necesitamos sanciones, crearemos nuevas sanciones, más de las que están ahora previstas en el PEC", resaltó el presidente del Consejo Europeo.

Por su parte, la vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Economía y Hacienda, Elena Salgado, puso el acento en la necesidad de reforzar la parte preventiva del Pacto para evitar que los países disparen su déficit.

"Las sanciones ya están incluidas en el Pacto de Estabilidad, ya incluye la posibilidad de sanciones, se trata de reforzar esa parte preventiva y por supuesto considerar qué tipo de sanciones", afirmó Salgado.

El endurecimiento del Pacto es una iniciativa de Alemania, que ha pedido que se castigue a los incumplidores con la congelación de las ayudas europeas y, en los casos más graves, con la suspensión durante un año del derecho de voto en los Consejos de ministros de la UE.

Es la contrapartida que exigió Berlín para aprobar el rescate de Grecia y el fondo de 750.000 millones de euros para frenar el contagio de la crisis griega a España y Portugal. La Comisión también apuesta por suspender las subvenciones comunitarias a los incumplidores.

El PEC ya prevé la aplicación de sanciones para los países que superen el límite de déficit público, pero de momento nunca se han llevado a la práctica. El momento en que se estuvo más cerca de imponer multas fue en 2003, pero Alemania y Francia, que eran los países incumplidores, paralizaron el proceso y forzaron una reforma del Pacto para flexibilizarlo.

"En el pasado, las medidas correctivas se adoptaron demasiado tarde, los instrumentos jurídicos disponibles no se usaron de forma suficiente", reconoció el presidente del Consejo Europeo. No obstante, aseguró que todos los países están ahora convencidos de la necesidad de garantizar la disciplina fiscal.

"Los Gobiernos de España y Portugal han adoptado medidas muy valientes. Otros países están dispuestos a hacerlo. Hemos acordado que nuestros países acelerarán la consolidación fiscal. El sentido de urgencia es tan grande y todos son tan conscientes de este sentido de urgencia que el calendario electoral no es la mayor prioridad", apuntó.

Van Rompuy aseguró, por otro lado, que "a corto plazo" ningún ministro propuso un mecanismo de quiebra controlada de un país. En este sentido, insistió en que el fondo de rescate para Grecia "no incluye ninguna disposición para la reestructuración de la deuda". Este procedimiento tampoco está previsto en el instrumento de 750.000 millones de euros, subrayó.

Sólo "a largo plazo", aclaró, Alemania ha reclamado un procedimiento para quiebras ordenadas de países de la eurozona si se crea un mecanismo de rescate.

Durante la reunión, Van Rompuy planteó la idea de que la UE pueda garantizar parte de la deuda de un país con problemas siempre que éste cumpla de manera estricta los compromisos de reducción del déficit. "Esa idea no se ha discutido a fondo", explicó.

Más explícita fue la ministra francesa de Economía, Christine Lagarde, al señalar que "no ha sido la propuesta que mayores apoyos ha recibido".

Frente a la pretensión alemana de modificar los Tratados para reforzar la disciplina fiscal en la eurozona, Van Rompuy señaló que la mayoría de países prefieren "trabajar todo lo que se pueda en el marco de los Tratados actuales porque ello hace las cosas muchas más fáciles y permite ir mucho más rápido".

No obstante, dejó claro que "no se ha excluido nada", aunque los ministros discutirán antes sobre los objetivos que desean alcanzar y sólo después de los instrumentos.

Sobre este asunto, y para escenificar la buena sintonía del eje franco alemán pese al malestar causado por la decisión de Berlín de luchar en solitario contra determinadas operaciones especulativas, Lagarde y su homólogo germano, Wolfgang Schäuble, comparecieron juntos ante la prensa para trasladar el mensaje de que los dos apuestan por concentrarse en las soluciones que se pueden adoptar "rápidamente" y con "eficacia" sin perderse ahora en el debate sobre posibles modificaciones del Tratado.

"Por razones prácticas, la propuesta fue muy simple: olvidarse del Tratado y centrarse en lo que podemos lograr en el corto plazo", resumió la ministra francesa. "Es más una cuestión de tiempo que de cambios o no cambios en el Tratado", insistió.

"El acuerdo final debe crear una mayor cohesión económica en la UE. Esto es vital para los 27 países que comparten un mercado interior común y para la zona de 16 países que comparten una moneda única. Esta cohesión es necesaria para actuar de forma eficaz y creíble", dijo por su parte Van Rompuy.

Los ministros de Economía de la UE se reunirán de nuevo para discutir sobre coordinación económica a principios de junio y presentarán un primer informe a la cumbre de líderes europeos que se celebrará el 17 de junio. El objetivo es lograr un acuerdo final en octubre.

"Intentamos hacer avanzar lo máximo posible la solidaridad europea partiendo de la hipótesis de que ni un sólo miembro del eurogrupo tiene que quedarse en la cuneta. Eso es lo que estamos intentando construir en términos de alerta temprana, de procedimientos presupuestarios cruzados y con mecanismos de sanción aplicables para consolidar la zona euro", resumió Lagarde.

Los ministros de Economía de la eurozona celebraron además una breve reunión aparte para conocer la marcha de los trabajos técnicos para poner en marcha el fondo de rescate dotado con 750.000 millones de euros, cuyo objetivo es frenar el contagio de la crisis griega a España y Portugal. La vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Economía y Hacienda, Elena Salgado, aseguró que este instrumento "está prácticamente a punto".

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