La nueva propuesta, que según algunas fuentes está patrocinada por Alemania, incluiría 440.000 millones de euros en préstamos bilaterales coordinados de los países de la eurozona, siguiendo el ejemplo del plan de rescate griego.
Además, la Comisión aportará otros 60.000 millones de euros que procederían de una ampliación del denominado mecanismo de asistencia a la balanza de pagos. Este mecanismo se ha utilizado ya para asistir a Hungría, Rumanía y Letonia, pero hasta ahora no podía utilizarse para los países de la eurozona.
El Ejecutivo comunitario ha propuesto aumentar su dotación de 50.000 a 110.000 millones de euros y permitir que se beneficien de él también los Estados que comparten la moneda única.
Finalmente, el FMI contribuiría al nuevo fondo de salvamento con 100.000 millones de euros, de acuerdo con las fuentes consultadas.
El Ejecutivo comunitario había propuesto que el nuevo fondo de salvamento no tuviera prácticamente límites. La propia Comisión acudiría a los mercados a pedir prestado dinero con la garantía de una reserva del presupuesto comunitario por valor de 70.000 millones de euros y con garantías adicionales de los países de la eurozona si fuera necesario. Y luego lo prestaría a su vez a los países con problemas.
No obstante, Alemania y Países Bajos rechazaron este instrumento por considerar que otorgaba un poder excesivo a Bruselas, según las fuentes.
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